El pago con tarjeta llega al mercado romano

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

cedida

Algunos comerciantes no quieren perderse ni un solo cliente y valoran incorporar el móvil en los cargos

17 jun 2018 . Actualizado a las 21:01 h.

Los puestos del gran mercado romano en el que se convirtió la plaza Maior durante Arde Lucus se adaptan a los tiempos y a las nuevas formas de pago. Buena parte de ellos, pese a las comisiones de los bancos, ya admiten tarjetas y están valorando la posibilidad de incorporar los ingresos a través del teléfono móvil. Hay algunos que lo anuncian de forma visible, en tanto que otros lo llevan de una forma más discreta. «Queda un pouco raro -señaló Ramón Laia de una zapatería artesana- ter as TPV á vista nunha festa romana, pero senón fora por ela, esta mañá non tería vendidos tres pares de sandalias».

El zapatero de Melide reconoce que a un cliente no se le puede decir «busque un caixeiro que pola zona hai varios», como hicieron otros artesanos del macellum, porque se arriesga a perderlo. Ramón Laia, que es uno de los habituales de Arde Lucus con su puesto de sandalias de cuero artesanas, aunque también expone otro tipo de calzado más propio del invierno, explicó que cuando alguien visita una fiesta como la lucense, suele llevar dinero para comer y para algún gasto más, pero no para compras. Si se tercia realizar una adquisición extraordinaria siempre está a mano la tarjeta.

«Non quero perder unha venta»

Ana Romero, de Recuncho de Cucadas, sin embargo, está convencida de que la gente cuando va a una feria lleva dinero. «O malo -dijo- é cando o acaban e ven algo que non poden deixar de mercar. Por iso nós incorporamos o terminal ó inicio da tempada, hai tres meses». «Perder unha venta -añadió- por non poder cobrar con tarxeta é moi triste». «Hai que andar cos mundos -señaló- eu non vendo por Internet porque para iso ando de feira en feira, pero TPV levo». Lo anuncia tímidamente en medio de la exposición de sus creaciones con los logotipos de todas las tarjetas que admite en su puesto.

En contraste con los dos testimonios anteriores, Teresa Ferro, de Eferro, una empresa muy conocida en Galicia por la recuperación de los tradicionales zuecos con suelo de madera y su incorporación en la vida diaria, no acude a las ferias con terminales para poder cobrar con tarjeta. Las tienen en el taller de Vila de Cruces. Los Ferro son habituales de Arde Lucus. «Vimos dende o segundo ano, e o San Froilán desde moito antes, empezou meu pai». «Penso que non perdemos ventas -señaló la hermana de la diseñadora Elena Ferro- porque hai cerca caixeiros automáticos e a xente que non trae efectivo vai sacar nun momento».

Javier Morejón, del Casar, en Cáceres, que estaba al frente de un puesto de embutidos y quesos, aseguró que no salían sin la TPV. «Hay que darle facilidades al cliente. Nosotros la tenemos desde hace cuatro años porque nos viene muy bien, sobre todo en los sitios turísticos y en fiestas como estas». «Generalmente -añadió- no es fácil encontrar cajeros para sacar dinero cerca y puedes perder un cliente».

La TPV también empieza a ser habitual en los puestos de alimentación. Ayer en el macelum había más que como el del Casar admitían la tarjeta para pagar empanadas, pan, embutidos, dulces y otros productos.