Aprincipios de semana se nos fue Benedicto. Llevaba ya un tiempo luchando contra una enfermedad a la que, al final, no pudo derrotar. Benedicto fue uno de los fundadores de Voces Ceibes, un grupo de jóvenes que allá por el año 68 del pasado siglo, tomando como referencia la Nova Cançó catalana, hacían lo que se denominó canción protesta.
Formaban parte de Voces Ceibes, además de Benedicto, Bibiano, fallecido hace un par de años, Miro Casavella, Xerardo Moscoso, Guillermo Rojo, que sería mi profesor de Lingüística en la Universidad, Vicente Araguas, Suso Vaamonde y Xavier del Valle.
A principios de los 70 del pasado siglo acudió a Sarria para ofrecer una actuación. Como venía siendo habitual, al comenzar la policía prohibió el concierto así que decidimos tomar algo por la localidad y regresar a Lugo. A la vuelta, ya de noche, caía una helada más que notable y en una curva del camino, el vehículo que conducía Papís Macía comenzó a deslizarse en dirección a un precipicio sin que se pudiese hacer nada por pararlo. Yo me veía ya en la Barca de Caronte, navegando por los extramundos, cuando milagrosamente el coche se detuvo al borde mismo del abismo. El susto fue morrocotudo.
Benedicto, maestro de profesión, era un gran aficionado a la fotografía, de ahí que por aquellos años setenta fuese el fotógrafo casi oficial del periódico A Voz do Pobo, que dirigía Fernando Salgado y de cuya redacción formaba yo parte. Es posible que Benedicto esté preparando un concierto en el más allá con Bibiano y Suso Vaamonde, ahora ya sin censuras ni prohibiciones.
Que la tierra le sea leve.