Identificadas ocho personas por estafar a dos vecinos de Baralla al vender acciones ficticias en Internet

Tania Taboada

LUGO CIUDAD

Cedida

En el marco de esta operación se intervinieron ocho millones de dólares

04 jun 2018 . Actualizado a las 18:13 h.

El equipo de investigación tecnológica (EDITE) de la Guardia Civil de Lugo, en colaboración con la policía federal australiana y Europol, identificó a ocho personas (cinco hombres y tres mujeres, la mayoría de origen serbio y filipino y todos con vínculos familiares entre ellos) como presuntas autoras de un delito de estafa a través de Internet por la venta de acciones inexistentes a dos vecinos del municipio de Baralla.

En el marco de la «Operación ñandús», iniciada en Lugo en el 2015, fueron identificados los presuntos autores de un delito de estafa conocido como «boiler room» o venta de acciones inexistentes. Las autoridades australianas intervinieron 8.000.000 dólares de ese país.

En esta investigación resultaron víctimas dos vecinos de Baralla. A estos inversores se le prometía grandes beneficios tras indicarles que depositaran fondos en cuentas bancarias de entidades de Nueva Zelanda, Australia y Hong Kong, ingresando 3.000 euros en una supuesta empresa de inversiones bursátiles. Los inversores ven on-line el saldo de su cuenta de esta comercialización (se realiza supuestamente por operadores expertos que utilizan programas informáticos específicos con servidores en el extranjero) y que está aumentando su montante por encima de sus expectativa. Son los inversores los que recomiendan, patrocinan o invitan a conocidos para que realicen ingresos en esta red, en la creencia de que ellos están sacando beneficios.

La recomendación de otros inversores para que participen en el sistema conlleva un considerable incentivo económico, que en numerosos casos los inversores no pueden subscribirse si no fueron recomendados por otro inversor previo. Los fondos del inversor se transfieren a una ubicación extraterritorial para el beneficio personal exclusivo de los integrantes de esta red. Los saldos que se publican en la página web continúan aumentando, lo que muestra supuestos beneficios de las operaciones cuando en realidad no es así.

Una vez que los inversores intentan retirar sus fondos se les presenta un abanico de excusas y nunca reciben ningún dinero, pero un mínimo porcentaje de los primeros inversores sí pueden hacer algunas retiradas para que así puedan seguir recomendando el sistema a otros. En este caso se les exigía la realización de nuevos ingresos para la expedición de una tarjeta bancaria al objeto de retirar las ganancias de las inversiones, que nunca fue recibida. La investigación fue coordinada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Becerreá.