Los vertidos fecales al Rato salieron de un pozo averiado en A Garaballa

La Voz LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Se trata de un depósito que la Hidrográfica nunca entregó al Concello y vierte

23 may 2018 . Actualizado a las 09:40 h.

Ayer quedó aclarado el vertido de aguas fecales que contaminaron el río Rato en la tarde del pasado lunes. Las aguas salieron de un pozo de alcantarillado de A Garaballa, muy cerca de la zona de As Termas. Este pozo está ubicado en un lugar desde el que los residuos no corren por su propio peso hacia la red general de colectores y se necesita bombearlos. Por un problema de falta de suministro eléctrico, el sistema de bombeo no funciona y vierte habitualmente, de tal manera que las aguas residuales van por un canal hacia la cuenca del río Rato. Parece que ya no llama la atención esa contaminación por ser habitual, aunque la Xunta sancionó en una ocasión al Concello con tres mil euros, y existe otro procedimiento sancionador en trámite. Pero el mayor problema surge cuando hay tormentas, porque ese pozo se desborda completamente por efecto del agua, y por tanto el vertido constante se convierte en una inundación de aguas residuales que bajan al Rato y literalmente lo convierte en una cloaca pestilente de grandes dimensiones. A raíz de la inspección llevada a cabo ayer por los agentes de Medio Ambiente de la Xunta y técnicos del Concello, eso fue lo que pasó anteayer: una tormenta desbordó el pozo de A Garaballa que estaba lleno a rebosar de residuos y los arrastró hasta el Rato. Por eso alrededor de las siete de la tarde las personas que paseaban por la zona vieron una gran riada pestilente que inundaba e incluso desbordaba el pequeño regato por momentos.

Ese pozo de tormentas no tiene suministro de corriente por algún problema legal desde su construcción. Por eso, nunca fue entregado formalmente por la Confederación al concello, como lo fueron los demás, que ahora ya son titularidad municipal aunque los construyó el organismo de aguas y cedió al ayuntamiento. Debido a este problema burocrático, la Confederación sigue haciendo propuestas de sanción a la Xunta pero el concello asegura que esa instalación no es de su responsabilidad.

La Hidrográfica dice que no autoriza vertidos, pero los hay con título oficial

Preguntada ayer a la Confederación Hidrográfica si existen vertidos autorizados a particulares o empresas al río Rato o al Miño, este organismo contestó que no le constaba ninguna autorización en tal sentido. Sin embargo, a lo largo del río Rato hay numerosas casas, e incluso pequeñas empresas, que tienen sus cañerías vertiendo al cauce directamente. No está claro si esos vertidos están autorizados por la Hidrográfica, porque aunque el organismo responda que no tiene ninguno autorizado, hay varias casas en el río Miño en las cercanías de Lugo que tienen autorizado canon de vertido y envían todos sus residuos directamente al río con permiso de la Confederación, que les cobra por ello un impuesto anual. Uno de esos documentos de autorización es el que se reproduce en esta página, en las cercanías de Lugo, y que ya tiene más de diez años de antigüedad. Anualmente los propietarios pagan una cuota aproximada de diez euros y eso les permite verter directamente al río. Aunque la autorización exige que sea por debajo de unos determinados parámetros, no existe un método de medida, y por tanto, tanto las fecales, como lejías, detergentes y otros productos van al río. Y es legal.

Los titulares de esta concesión aseguran que en muchas ocasiones les requieren el título y ellos lo presentan.

Medio Ambiente de la Xunta recogió muestras ayer y las envió a analizar al laboratorio

Los agentes de la Consellería de Medio Ambiente recogieron ayer muestras de las aguas fecales que seguían saliendo del pozo de residuales de A Garaballa. También recogieron otras muestras aguas arriba, para poder establecer el punto desde el que se produce la contaminación. Le entregaron copia de las muestras a un agente de la Policía Local para que el concello tenga constancia de las pruebas que se van a entregar al laboratorio, el cual certificará el grado de contaminación de las aguas.

Desde el departamento de comunicación de la Xunta aseguraron ayer que una vez que lleguen los análisis probablemente se abra un expediente sancionador, ya que la primera impresión es que se trata de un caso grave de contaminación.

Un río muerto

El río Rato es un río muerto, en el sentido que no hay truchas ni otros salmónidos que vivan en sus aguas. Y no puede haberlos porque el nivel de vertidos que soporta es evidente solo con ver los desagües que vierten libremente sin pasar por los colectores generales. Sin embargo, la Confederación Hidrográfica del Miño y Sil considera que la situación es normal.

Cuando no se producen contaminaciones como la del pasado lunes, el color y la transparencia del agua parecen aceptables, por lo que quizá el río podría volver a tener peces si se controlasen los vertidos particulares y se solucionasen estos focos de contaminación provenientes del sistema de colectores de la ciudad en momentos puntuales.