Aceras de Lugo: Losetas sueltas, una garantía de tropezones y caídas

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

kike

Hay deficiencias hasta en el entorno de la casa consistorial y, en algunos casos, tardan meses en ser corregidas

10 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

De repente, el tiarrón que caminaba en la mañana de ayer delante del cronista por la calle Armórica da un salto, un trompicón, con el que no contaba, suelta un sonoro taco y se vuelve con cara de mala uva a mirar qué hay en la acera que ha provocado el tropezón. Localiza a la primera el origen del problema: una baldosa mal asentada. Su edad y forma física hizo que el tropezón no tuviese consecuencias; probablemente las hubiera tenido si quien sufrió el tropezón hubiese sido una persona de edad provecta, como tantos y tantos vecinos de Lugo. En las aceras de la capital lucense, lo mismo da que sea en su corazón urbano como en la periferia, el deficiente mantenimiento constituye un riesgo para la seguridad de los peatones. Los que siguen son solo algunos ejemplos tomados de la experiencia del caminante en una sola mañana.

En el Campo Castelo, a la altura del recinto de los juegos infantiles, el servicio de Protección Civil instaló, con buen criterio, unas vallas amarillas para evitar riesgos a los peatones. Las baldosas están mal y la rejilla para recoger las aguas pluviales tampoco está en estado de revista. Protección Civil instaló vallas en dicho punto, pero hay otros muchos que con motivo similar, merecerían una protección igual.

kike

En el carril de los Franciscanos, el pavimento de la calle, peatonal, aunque en algunos momentos del día no lo parezca, las losetas del pavimento están más bailadas que los dientes del Lazarillo de Tormes tras el jarrazo recibido por beberse el vino del amo ciego y avaro. Es cosa de digna de ver que al pie de la casa consistorial, sede del gobierno local, está el pavimento como está en tan céntrica calle peatonal.

En la Ronda da Muralla, en la acera de enfrente de la que estuvo recientemente en obras para sustituir adoquines por baldosas, hay tantas losetas mal asentadas que cuando caminan dos o tres personas cerca una de las otras se escucha una amena pianola. Es cierto que, al menos el cronista no las vio, no hay piezas descolocadas; pero es evidente que habiendo tantas sin sujetar, no tardarán en descolocarse.

Fingoi

En la calle Armórica, en Fingoi, en una misma acera hay dos puntos que merecen la atención del encargado de la brigada de obras. Uno, el más discreto, a la altura de la Praza Roxa, pero en la otra acera, fue el que provocó el tropezón del que se habla al inicio de esta crónica. En este caso es un desnivel. Un poco más hacia Marina Española, prácticamente al pie de una farola, goza de su libertad una loseta que baila, desde hace semanas, al ritmo de quien la pisa. Dado que está justo en medio del espacio libre entre la farola y el muro que cierra la finca inmediata, es fácil tropezar en ella.

En la Ronda de Fingoi, a la altura del edificio que la Xunta de Galicia tiene en esta calle, hay una parte del ancho de la acera sin losetas. Y, a pocos metros, hay un lomo en la acera. En esta calle, hay otras incidencias similares, pero estas que se indican son las más llamativas.

Una tarea que excede con mucho las posibilidades del equipo de reparación

Hay, o hubo hasta hace muy poco, un equipillo municipal dedicado a reparar el pavimento de las aceras y de las calles peatonales. Tan exiguo equipo hace (o hizo) lo posible dentro de sus posibilidades, pero son (o eran) realmente pocas. Solo con atender a los continuas deficiencias que se producen en el pavimento de las calles más céntricas, las del entorno de la casa consistorial, tendrían trabajo asegurado para un tiempo. La brigada de obras del Concello es uno de esos servicios que ha quedado reducido a la mínima expresión y, para compensar, se creó un equipillo con cargo a uno de los planes de fomento del empleo que puso en marcha el Concello. Pero, ni de un modo ni de otro, consiguen desde el gobierno local que sean puntualmente reparadas las deficiencias de las aceras.