Una fuente de granito portugués recibe a los peregrinos que llegan a Lugo

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

X. C.

Tiene todas las bendiciones de Patrimonio aunque provoca opiniones encontradas por su configuración

28 mar 2018 . Actualizado a las 10:28 h.

La parroquia lucense de Gondar está de estrena. Ayer acabaron los trabajos de la nueva Fonte da Redondela que está al pie del Camiño Primitivo y, por tanto, sirve para recibir a los peregrinos que entran en el municipio lucense. La obra, que paga el Concello de Lugo, no pasa desapercibida por su diseño y el material utilizado. Se trata de grandes y pesadas pieza de granito serrado procedente de Portugal.

La obra no pasa desapercibida y provoca la existencia de partidarios y detractores. El material empleado nada tiene que ver con el granito gallego de las nobles casas de la zona. Los vecinos, sin embargo aprecian y valoran el esfuerzo del Concello porque, dicen, «había que ver como estaba a anterior fonte toda desfeita».

Miguel Fernández, el concejal de medio rural, que ayer estuvo con los vecinos en la conclusión de las obras, advirtió que la fuente podía gustar o no, porque esa es una cuestión muy personal, pero indicó que tenía todas las bendiciones de Patrimonio.

Además de la fuente, fue construida una mesa con unos bancos para el descanso de vecinos y peregrinos.

«Os que levaban o correo en mulas á Fonsagrada paraban a beber a auga fresquiña»

Los vecinos están tan satisfechos con la obra que ahora ya están pidiendo que les hagan otra fuente a la entrada del pueblo. Esta está a la salida en sentido Lugo. El pedáneo del pueblo conoce algunos aspectos de la historia de este manantial que, según dijo, nunca llegó a secar y que tiene en verano «unha auga moi fresca». Este parroquiano contó que la fuente era una parada obligatoria para los hombres que transportaban en mulas el correo con destino a A Fonsagrada y los pueblos de la zona. «Decían que, xunto coa da Fontaneira, eran das únicas en todo o recorrido que non secaban», contó el pedáneo.

La nueva fuente lleva algunos bloques de cantería de 3,80 metros de altura que van muy enterrados para contener el terreno de la finca colindante y evitar que haya un derrumbe como sucedió con la vieja finca. «Esta non cae. Vai ben segura», dijo uno de los trabajadores de Bascuas que ayer le dieron los últimos toques a esta obra, que no pasa desapercibida para las decenas de peregrinos que desde el fin de semana realizan el viejo camino a Compostela, pasando por Lugo.