La muralla tiene habitantes en su interior

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Carlos Castro

Los expertos plantean que el asentamiento de vencejos se dé a conocer a nivel turístico

23 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La muralla tiene vida, y mucha. El profesor de zoología de la USC, Augusto de Castro, asegura que el último censo que realizó para determinar cuántos vencejos «okupan» el gran monumento en primavera y verano, le dio más de 1.500 ejemplares. A esas aves hay que añadir también cientos de gorriones y alguna que otra especie más. Los expertos ya comienzan a reclamar que el monumento sea algo más y sea considerado como patrimonio natural.

Antonio Callejo, jefe de la sección de Biodiversidad del Servicio de Conservación de la Naturaleza en Lugo, es de los que opina que hay que dar todavía mucho más valor a la muralla. Falta por apreciar y destacar el aspecto natural y advierte que cualquier acción que se haga ha de ser compatible en lo histórico y patrimonial y lo ecológico. Medio Ambiente y Patrimonio se entienden a la hora de llevar la restauración y también la protección máxima a los vencejos, algo que no suele ser habitual en otros lugares de España.

El biólogo Marcos Otero asegura que, en otras ciudades, los vencejos no pueden hacer parada. No tienen dónde anidar. Aunque Medio Ambiente dio un gran paso parando las obras de restauración de la muralla durante la nidificación de las aves, retirando luego los nidos al marcharse y volviendo a colocarlos, Otero advierte que todavía queda mucho camino por recorrer para llegar a alcanzar a otros países en los que dice: «Para protexer colonias de aves invístese nalgúns casos máis cartos que na rehabilitación do monumento ou edificación que lles afecta».

Marcos Otero asegura que el panorama no pinta bien para que las aves se acerquen a las ciudades. La moderna arquitectura, advierte, no deja posibilidad a que algunos pájaros hagan los nidos bajo alerones o pequeños huecos de las paredes. En los países más avanzados, explica, ya se percataron del problema y dedican grandes esfuerzos a colocar nidales. Y es que las aves han de formar parte del paisaje urbano. La conservación de la especie, apuntan los expertos, ha de estar ligada a la educación del hombre.

Los expertos consideran que Lugo debe seguir dando pasos firmes. Si la decisión de parar las obras de restauración para facilitar la nidificación fue un hecho que tuvo una gran repercusión entre sociedades ornitológicas y colectivos naturistas, y ahora ya comienza a trascender la protección de los nidos y la recolocación de los mismos, hay que avanzar aún más, dicen los especialistas.

La muralla debe incluirse también en circuitos ornitológicos. Es el monumento del norte de España con más vida en su interior. A las miles de pequeñas aves que la eligen como casa hay que añadir un variado ecosistema vegetal con muchas especies protegidas.

Queda por explicar al público el espectáculo de los vencejos. «A súa chegada constitúe o que se podía denominar festa do berro, da que son protagonistas as aves pasando cerca da muralla mantendo un comportamento social en busca de parella», apunta el profesor Augusto de Castro. Incluso en el centro de interpretación de la muralla podrían exhibirse vídeos explicativos e incluso hacer una muestra de los nidos.

Ese apartado de turismo ornitológico debe mostrar a los visitantes las curiosidades de los vencejos como, por ejemplo, que viven y se alimentan en el aire, que no se posan en tierra y que si una borrasca les complica la alimentación varían los recorridos. «Cando as condicións non son boas en Lugo, toda a colonia pode desprazarse á Mariña para poder manterse e logo volver», indicó el biólogo Marcos Otero.

«Son el sonido de la primavera en Lugo. Si un día llegan a faltar, la ciudad tendrá una gran ausencia», asegura Antonio Callejo.