La ciudad perderá este mes tres de sus comercios emblemáticos

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

cedida

Lestyle, Antigüedades Pardo y Tolda dejarán de atender en breve a sus clientes

02 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La mueblería Lestyle, de la calle Rafael de Vega; Antigüedades Pardo, de la plaza de Campo Castelo; Tolda, la tienda de ropa de marca de mujer de la plaza de Armanyá, cerrarán sus puertas en este mes. Las tres, que forman parte de la historia del comercio de Lugo, están en la última fase de liquidación de los artículos de sus almacenes, previa a suspender la atención al público. Las tres son muy conocidas, pero no son las únicas que han emprendido este camino. En los últimos tiempos dejaron de funcionar comercios, unos con más veteranía que otros, que han dejado numerosos bajos disponibles en céntricas calles del casco histórico de la ciudad. El elevado y en algunos casos prohibitivo precio de los alquileres, en la mayor parte de los casos solo al alcance de las franquicias; la falta de relevo generacional de muchos de los titulares de los negocios que se jubilan y las ventas por Internet, que aumentan mes a mes, están hiriendo de muerte al comercio tradicional, que no ha sabido, o no ha podido hacer frente a esta lacra.

La balanza entre cierres y nuevas aperturas o ampliaciones, que también las hay, se inclina hacia el lado de los primeros.

Prácticamente ninguna calle del casco histórico es ajena a este goteo de cierres, que no se centran ni en determinadas actividades, ni tan siquiera está en función de los precios. En San Pedro, una de las de más tránsito peatonal de la ciudad, han cerrado últimamente Calzados Mary Paz y un comercio que hacía esquina con la Rúa Progreso, que vendía prendas y complementos desde diez euros. No son los únicos cambios.

En la plaza do Campo Castelo cesó ayer mismo en su actividad, después de liquidar existencias, un comercio de ropa de cama y mesa, Casa de Algodón, que ya había probado suerte en otra zona de la ciudad. El local de Maratón, referente en deportes en Lugo, sigue vacío varios años después de bajar la persiana y ahora los dueños centran sus ventas en Internet. La tienda de ropa Nanos dejó libre una esquina privilegiada, al trasladarse a otro local en la misma plaza, donde hay más bajos disponibles por ceses en la actividad comercial.

En Doutor Castro y Conde Pallares está ocurriendo prácticamente lo mismo. Al cierre de la tienda de ropa de la esquina que montó un empresario asturiano y que apenas estuvo un año abierta, se sumó recientemente el del comercio de bolsos situado enfrente.

En Raíña, posiblemente la calle que cuenta con los alquileres más caros del casco histórico, cesó Bonec, el comercio de calzado que en tiempos hacía zapatos a medida. Continúa atendiendo a sus clientes en Doutor Castro.

Sector profesionalizado

Algunos veteranos comerciantes aseguran que el problema, además de los elevados alquileres -en la rúa da Raíña pedían 10.000 euros al mes por un local y en la plaza de Armanyá, 4.000- es que falta profesionalización en el sector. «Todo el que tenía algo ahorrado le montaba un negocio al hijo y para ser comerciante hay que saber vender y saber tratar a los clientes. No sirve cualquiera», señaló un empresario del centro que prefirió guardar el anonimato.

«El resto veremos lo que aguantamos», asegura el presidente de Lugo Centrum

José Luis Pérez, el presidente de Lugo Centrum es consciente de lo que está ocurriendo en el centro, con una lista interminable de ceses en la actividad. Pérez, que tiene un negocio en el que una parte importante de su clientela son los propios comerciantes, reconoce que más del 50% de la cartera de hace no muchas décadas han desaparecido.

El presidente de Lugo Centrum está convencido de que para atajar este problema hace falta un plan conjunto de todas las fuerzas vivas. «Hay que ponerse a trabajar -dijo- si queremos darle la vuelta a la situación». «El comercio tradicional no aguanta -apuntó- porque hay que generar y si no generas, no tiras». «Dicen -añadió- que la crisis ya concluyó, pero yo no lo noto. Sigo sin ver alegría en la gente comprando, salvo en las campañas, que tampoco son lo que eran».

«La Ronda a 30 está muy bien, pero la gente -aplicó- no quiere dar vueltas a la muralla. ¡Pongámosla peatonal!, pero antes, dame una salida a los problemas de aparcamiento».

Para Pérez, el precio de los alquileres; la ausencia de relevo generacional porque los hijos buscan otros medios de ganar el sustento diferentes a sus padres, e Internet que sitúa ya en el 50% de las ventas, son los principales enemigos del comercio tradicional. «Ya veremos lo que aguantamos -dijo- salvo habas contadas, en el resto seguirá el goteo».

«Nosotros -explicó- llevamos tres años con campañas y destinando esfuerzos para potenciar el centro y valen para muy poco». Pérez cree que una de las medidas tiene que ser poblar el casco histórico, que ha pasado de 13.000 habitantes a 3.000, dijo.