La perra Trufa vuelve a casa tras superar el horror de los 400 grados

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CEDIDA

El animal fue dado de alta ayer en el Rof Codina, pero tendrá que seguir recibiendo medicación

09 feb 2018 . Actualizado a las 21:42 h.

Se completó el milagro. Trufa, la perra que fue salvada por los bomberos y la Policía Local de Lugo de morir asfixiada en una casa, en la que la temperatura rondó los cuatrocientos grados en algunas dependencias, volvió con sus dueños. Los veterinarios del hospital le dieron el alta en la mañana de ayer. Su propietaria se la llevó a casa donde se reencontró con su familia a la que recibió con saltos de alegría. Incluso Lola, la otra perra que estaba en la vivienda en el momento del incendio y con la que, a veces, tuvo algunas desavenencias se alegró del acontecimiento.

«Está encantada de la vida. Yo la verdad es que me perdí el momento de la vuelta a casa porque no estaba en ese momento. Cuando volví, nada más abrir la puerta, me recibió con saltos casi acrobáticos de alegría», apuntó uno de los residentes en la vivienda.

Dos veces, quizás tres, volvió a la vida Trufa. Primero se salvó porque alguien la entregó a la Protectora cuando su propietario inicial se deshizo de ella sin ningún tipo de compasión. Quedó ingresada una larga temporada en los caniles en espera de una adopción. Cuando su actual familia se hizo cargo de ella, parece como si ya tuviera tasado el tiempo de vida ante un sacrificio más o menos próximo. Y la semana pasada, la muerte le amenazó en forma de fuego y falta de oxígeno. Ahora mismo es la perra más popular de la ciudad. Es el can milagro.

«Si no hay complicaciones está lista», dijeron ayer en su casa. Lo demostró con los brincos e incluso algunas carreras. De todos modos, tendrán que controlarla para que no corra excesivamente porque sus pulmones pueden resentirse por la falta de oxígeno que tuvieron hasta la llegada de los bomberos. También fue decisiva la intervención de los agentes de la Policía Local que efectuaron el traslado urgente al hospital por consejo de un veterinario de la zona.

De nuevo en casa, Trufa hizo vida normal. Comió sus dosis de pienso, durmió la siesta en el sofá, correteó por la casa e incluso tuvo en algún momento sus roces con Lola. «A veces, tienen sus pequeños rifirrafes porque las dos quieren imponerse y mandar, pero todo se queda en eso», aseguran en la casa.

Ahora, en los próximos días, tendrá que completar el tratamiento que tuvo en el hospital mientras permaneció ingresada, un tiempo en el que no dejó de recibir visitas de los suyos.

Así fue la reanimación que hicieron los bomberos

En la imagen de la izquierda puede verse uno de los momentos en los que los bomberos Quique López y José Manuel Lage, que fueron los que sacaron de debajo de la cama a Trufa cuando se encontraba inconsciente, le aplicaron aire de sus botellas utilizando sus propias máscaras de trabajo. En algún momento, el animal reaccionó, pero alguien avisó a un veterinario para que comprobase su estado después del rescate. Este aconsejó su evacuación y un bombero la acompañó en el coche policial con la botella de aire comprimido.