Méndez, su presupuesto y las batallas no libradas por el PP

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto PULSO LUCENSE

LUGO CIUDAD

28 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El inglés Michael Oakeshott (1901-1990) dejó escrito que la tendencia al conservadurismo en el ejercicio de la política es una disposición «apropiada para los hombres que tienen algo que hacer y algo acerca de lo que pensar de forma autónoma». En Lugo, la regla expuesta por el heterodoxo filósofo inglés se incumple con frecuencia en el partido conservador, en el PP. Quizá por eso pasa lo que pasa y el gobierno local, con solo 8 de los 25 concejales que conforman la corporación, acaba de ver aprobado el presupuesto para el actual ejercicio en las condiciones que quiso. La socialista Lara Méndez ha jugado sin miramientos con la nebulosa política que, en el pazo de la Praza Maior, es Lugonovo y con eso, de difícil definición, en que se ha convertido el BNG en el Concello. Y ha humillado al PP (9 concejales), incapaz de trasladar a la calle, a la sociedad, una batalla que, gracias a la legislación que ampara, tenía perdida de antemano en el salón de plenos.

Lo que ocurrió con el presupuesto es una cuenta más del rosario de inexplicables batallas no libradas a fondo por el PP; la de los recursos humanos, por citar un caso. Si en el consistorio hay una situación de conflicto es la que se da en el campo de la gestión de personal. Y el PP elude meterse en este charco, pese a que se juega en él cientos de votos. ¿Qué le pasa al grupo municipal del PP? Es una pregunta que se hacen numerosos votantes habituales del partido que preside en Lugo Ramón Carballo. A qué dedican el tiempo sus concejales. Al menos en un caso es evidente: a intentar mantenerse al frente de un colegio oficial. A Carballo, que es de los «hombres que tienen algo que hacer y algo acerca de lo que pensar de forma autónoma», se le agota el tiempo para lograr que el grupo municipal de su partido cambie el paso; el PP tiene que demostrar que de verdad quiere gobernar. En la presidencia provincial del partido, Elena Candia, ha dejado claro, con el ejemplo, cuál es el camino: trabajo, trabajo, trabajo.

Oakeshott creía que las personas apropiadas para integrar gobiernos conservadores son las «que tienen una habilidad por practicar o una fortuna intelectual por desarrollar». El PP está en la oposición desde 1999. Por algo será.