Al PP se le agota el plazo para ampliar hemodinámica

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto PULSO LUCENSE

LUGO CIUDAD

18 ene 2018 . Actualizado a las 20:29 h.

«Si las cosas cambiaran bastante más deprisa, nunca habría revolución. Un conservador inteligente es siempre un reformador». André Malraux resumió así lo que la derecha europea no entendió hasta algún tiempo después de la revolución soviética. Con el miedo incrustado en las entretelas del capital, por mano propia o mediante delegación temporal en la socialdemocracia, la derecha fue acercando, al menos en lo nominal, sus postulados sociales a los del centro izquierda. Pudo hacerlo porque Europa adelante dispuso de líderes inteligentes; ahora ni los tiene la derecha ni los tiene la socialdemocracia. En España se ve muy bien, en Galicia mucho mejor; en Lugo, tal carencia es una evidencia deslumbrante. El comportamiento del PP en relación con el servicio de hemodinámica del HULA es una muestra inapelable del déficit de inteligencia en el conservadurismo gallego.

Si escuchasen a sus afiliados, los líderes populares comprenderían que, como al resto de los lucenses, les importa un pito lo que digan no se sabe qué oscuros técnicos y confusas estadísticas. Saben que, fuera del horario de oficina, quien sufre un infarto no puede ser atendido en dicho servicio en Lugo porque no funciona. En el PP siguen dándole vueltas a la matraca de los comités y las estadísticas mientras a nadie se le escapa cómo opera en este asunto la relación de intereses A Coruña-Lugo. La dirección del PP prefiere enredar con los planes para los terrenos de la antigua Residencia. De poco le valdrá si la Xunta no amplía, de una vez y sin más pamplinas, el servicio de hemodinámica. Ni siquiera las tretas de veteranos como Enrique Rozas lograrán un apoyo electoral suficiente para abrir a los populares las puertas de la alcaldía de la capital. Rozas quizá comprendió que las cosas no van bien y echó mano de la bandera. Su propuesta para que la alcaldesa solicite una jura de bandera para civiles en Lugo levantó la polvareda esperada y situó a Méndez en un terreno delicado, en el que se mueve torpemente. Fue, o así parece, una forma de ganar tiempo a la espera de que en la cúpula del PP entiendan que, sin hemodinámica 24 horas en el HULA, no gobernará en Lugo. No se dan por enterados: «Un conservador inteligente es siempre un reformador».