«Nosotros estamos satisfechos por salvarle la vida y él se emociona y nos da las gracias»

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Los guardias que evitaron la muerte voluntaria de un hombre en Baamonde lo tranquilizaron durante tres horas

15 dic 2017 . Actualizado a las 21:06 h.

Hoy se cumplen tres semanas que el sargento David Rodríguez (Guitiriz, 1986) y el guardia Fernando Mallo (Lugo, 1980) evitaron que un vecino de Baamonde se quitara voluntariamente la vida. La rápida intervención y empatía de estos agentes, que prestan servicio en el cuartel de Baamonde, fue clave para frustrar la idea de un octogenario que tenía todo preparado para morir.

Eran las dos de la tarde, llovía con fuerza y coincidía con el cambio de turno. David terminaba su servicio y Fernando lo iniciaba. De repente, un particular se personó en el cuartel alertando de que había visto a un hombre colocando una cuerda en un árbol con una caja de plástico debajo. Según indicaba, el varón se encontraba en una finca cercana a la antigua estación de Renfe y todo apuntaba a que ahorcarse era su objetivo. «Salimos rápido y cuando llegamos vimos al hombre al lado de una cuerda de un tendal con un nudo hecho y en el suelo una caja de plástico. De tardar tres minutos más en salir, no hubiésemos llegado a tiempo» relata David Rodríguez que lleva desde octubre de sargento en el puesto.

Una vez que se presentaron en el lugar, el hombre se distanció de la cuerda, se apartó a la carretera general y, nervioso, les preguntó si pasaba algo. Ellos lo llamaron y empezaron a hablar con él para tranquilizarlo: «Venga para aquí que se va a mojar», « ¿Qué le pasa?, «¿Por qué está triste?», «¿Es creyente?...». Fue la forma de entablar conversación, tranquilizarlo y convencerlo para que cambiara de idea. El hombre, con lágrimas en los ojos, se derrumbó y les contó que estaba muy deprimido desde hacía tiempo por problemas familiares. «Nos confesó que quería suicidarse y que llevaba tiempo pensándolo porque no veía otra salida. Nosotros le decíamos que había que ser fuerte y que tenía que seguir adelante por su familia y su nieto. También le recalcábamos que todos teníamos días menos buenos pero que había que seguir adelante y luchar porque la vida era muy bonita y muy corta como para quitarla», recuerdan estos guardias, quienes durante tres horas estuvieron haciendo una labor psicológica y le insistían en que si había luchado tanto en la vida no podía ahora rendirse.

Tras llamar a la ambulancia y ser trasladado al hospital de Lugo, el hombre estuvo ingresado unos días. Ahora se encuentra en casa. A pesar de haber cumplido con su trabajo y hacer una gran labor de auxilio, para estos dos guardias no pasó el día y se olvidó el tema. Se preocuparon por su estado de salud y fueron varias veces a su casa para verlo y hablar con su familia. Hace dos días todavía estuvieron con él. «Nosotros estamos satisfechos por salvarle la vida y él nos pide perdón, se emociona y nos da las gracias», dicen estos guardias que restan importancia a la gran labor prestada e indican que forma parte de su trabajo. De forma distinta lo valora su hija y el alcalde del municipio, quienes enviaron una cariñosa carta al cuartel de Baamonde para agradecerle a estos agentes su labor.

Otra intervención

No es la primera vez que los guardias de Baamonde realizan una labor humanitaria. «El año pasado tuvimos una intervención parecida. Nos llamaron desde la central una madrugada con lluvia. Un particular alertaba de que su hermano, que vivía solo en la parroquia de Carral, llevaba tres días ausente y que no le cogía el teléfono. Fuimos hasta su casa porque no tenía llaves del inmueble. Vino la ambulancia que llevaba una cizalla y abrimos para coger una escalera. Era un primer piso. Subí, rompimos el cristal de una ventana y nos encontramos al hombre tirado en la habitación. Gritaba y sangraba por un oído. Abrimos la puerta de la entrada y entraron todos para llevárselo al HULA. El hombre nos lo agradeció mucho», indica Fernando Mallo, presente también en esta labor de auxilio.

Institución muy valorada

La Guardia Civil de Baamonde es la institución más valorada en el municipio. Solo hay que preguntarle a cualquier ciudadano. Todo son elogios y alabanzas. Su labor de prevención, auxilio, ayuda y total entrega al ciudadano hace que los begontinos se sientan totalmente seguros y protegidos por los agentes. «Esto nos gratifica y nos hace ir con más ganas a nuestro trabajo», concluyen.

«Le decíamos que pensara en su nieto y en su familia y lo mucho que había luchado en la vida»

«Salimos rápido y cuando llegamos nos confesó que tenía pensado quitarse la vida»