«Seguimos sin cobrar la indemnización que nos prometió la Xunta en el 2008»

Lucía Rey
lucía rey CERVO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

JOSE PARDO

Afirma que la cantidad a cobrar no los va a sacar de ningún problema, pero sería un reconocimiento

10 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Durante muchos años nos colgaron un sambenito que no era cierto, y con el paso de los años en el Parlamento gallego reconocieron por unanimidad que habían metido la pata con nosotros», relata Juan Andrés Pérez Vila, cuya vida y la de su familia dio un giro de 180 grados hace ahora tres décadas, cuando fue despedido de Alúmina-Aluminio por formar parte del comité que paralizó la actividad en la fábrica de San Cibrao para impedir la entrada de un cargamento de bidones tóxicos procedentes del Casón.

-Despedidos por una empresa pública, juzgados en Lugo..., los miembros de aquel comité y sus familiares quedaron señalados.

-Estos días se habla mucho del Casón, de las estampidas de personas que hubo en Cee, Corcubión y Fisterra porque la gente tenía miedo de que el barco llevase productos tóxicos..., pero el tema de los bidones no le interesa a nadie porque fue un tema político y nadie pagó las consecuencias políticamente de lo que pasó allí. Solamente se cargaron a los 23 que éramos incómodos porque estábamos descubriendo irregularidades.

-¿Sostienen que alguna «mano negra» dio la orden de traer los bidones a la fábrica de San Cibrao para generar problemas?

-Treinta años después sigue habiendo muchas preguntas sin resolver. Fue un embarrancamiento provocado y ahí ya no hubo responsabilidades de nada. Y todo lo que pasó después, la muerte de los 23 tripulantes, incluido el capitán, por inhalación de gases; la carga de parte de los bidones desde Cee rumbo a Róterdam... Entonces a algún político se le encendió la bombilla y decidieron cruzar toda Galicia para traer una parte de los bidones aquí. ¿Con qué objeto? De aquella no caímos en el tema, pero estaba claro porque una auditoría estaba demostrando que estaban desviando dinero. Con el voto de los representantes de los trabajadores en contra, el consejo de Administración había aprobado 10.500 millones de pesetas para arreglar el puerto, cuando el nuevo había costado 3.500 y lo habían entregado en 1985. Aún no había pasado un año y aprobaron aquello. O sea, en menos de un año tres veces más de lo que costó nuevo. Le hicimos un seguimiento y aquel dinero no se tocó, fue desviado. Ese fue el trasfondo, pero en aquel momento no caímos en que era por eso. La corrupción de los partidos de la que se habla ahora ya existía entonces.

-¿Ustedes cobraron alguna indemnización?

-Cuando nos despidieron recibimos una pequeña para el traslado porque tuvimos que salir de la comarca. Y en el 2008 estuvimos negociando con la Consellería de Traballo una indemnización que habían acordado darnos para gratificarnos de alguna forma. Se llegó a un acuerdo, presenté toda la documentación; algo que fue bastante complicado porque los 23 estábamos desparramados por España e incluso fuera. Pero cuando llegó la hora de la verdad nos dijeron «que si la crisis», «que si lo de más allá»... Y de momento seguimos esperando, no cobramos ni un céntimo. Queremos que nos la den como satisfacción personal por lo menos. Es poca cantidad, no nos iba a sacar de ningún problema, pero al menos era un reconocimiento.