La calle más gatuna de Lugo en la que los gatos tienen alfombras

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

X. C.

Vecinos de la rúa Ronsel construyen hogares para gatos callejeros y los alimentan con pienso

22 oct 2017 . Actualizado a las 21:35 h.

Parece mentira que la revista Ronsel que lideró la vanguardia gallega en 1924, tenga una calle como la que le dedicaron en Lugo, la ciudad en la que se editó. El vial va por mitades. Una mitad tiene asfalto, la otra no; una mitad tiene aceras, la otra solo una parte. Solo tiene una casa. Las demás son todo traseras.

Esta rúa/pista tan particular, que está en A Milagrosa, se ha convertido en la calle gatuna de Lugo. Y no es que sus habitantes de cuatro patas vivan de okupas o en la indigencia. De eso nada. Tienen alfombra en casa y mantel puesto todos los días.

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Vecinos de la zona calculan que en la calle Ronsel residan más de cincuenta gatos. Algunos decidieron darles todo su apoyo y les construyeron pequeños refugios cubiertos con plásticos y otros materiales, por si acaso llueve, no se mojen.

El palacio gatuno es de «techopán» y con fachada plástica. Quien lo diseño se preocupó de hacer perfectos agujeros redondeados que sirven de puerta para que los mininos entren a echar la siesta u otras apetencias.

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Quien se ocupó de amueblar esta «vivienda» no fue al Ike, pero si se preocupó de colocar una alfombra en el «salón» para que los residentes pudieran poner a punto las uñas de sus patas. Vamos, que mejor, imposible.

Y si en materia de vivienda los gatos de la rúa Ronsel parecen tener sus necesidades cubiertas, no se puede decir menos de la alimentación. Los vecinos procuran que no les falte ni agua ni comida, pero ya no vale cualquier cosa.

Aseguran en la calle que hay al menos dos personas que todos los días acuden puntualmente con un bote de pienso para llenar los cuencos que les tienen habilitados. «Antes das dúas e media vén unha rapaza pasear un can. E todos os días, sen faltar, énchelles os cuncos aos gatos para que non pasen fame. Non sei, pero aínda debe gastar a semana na comida porque a familia, en vez de ir a menos vai a máis. Aínda aló antes do San Froilán veu unha niñada de oito ou nove», contó una mujer de la zona.

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Los gatos tienen en esta calle un entorno ideal. Apenas hay tráfico porque muchos automovilistas dan la vuelta al ver que falta mitad por asfaltar y al fondo se encuentran con una huerta. «Pensan que non hai saída porque a rúa morre nunhas nogueiras e dan a volta», recordó un paisano.

Además, la mitad de la calle es un solar lleno de maleza que está sin vallar. Es en él donde los gatos hacen vida y parece que podrán seguir haciéndola por mucho tiempo porque en el concello no hay planes a la vista para acabar de urbanizar la calle, entre otras razones porque no tiene vecinos humanos y los gatos no entran, por ahora, en los planes municipales de desarrollo urbanístico.