Septiembre se muere, se muere dulcemente y ya tenemos uvas de gran sabor para el postre, una cosecha de vino que, aunque menor que otros años, apunta a una producción de gran calidad. Las peras septembrinas están de rechupete, la caída de la hoja es ya un hecho y sigue sin llover, al menos lo suficiente para cubrir las necesidades del campo y para los grandes beneficios de esos oligopolios que nos cobran la energía eléctrica a precio de oro.
Aquí en Barcelona, desde donde escribo estas líneas, la cosa está un poco soliviantada por la zona centro aunque en los barrios la vida se mantiene inalterable, o sea, como siempre. Veremos el día 1, cuando las casetas del pulpo en Lugo ya habrán abierto sus puertas, lo que sucede aquí.
Se muere septiembre y el pulpo, ya que hablamos de ello, ha vuelto a ser la noticia, el comentario e incluso la hilaridad de los lucenses después de las jugadas llevadas a cabo por alguno de los pulperos. Aunque en el fondo, la culpa de lo sucedido, que permitirá que en los próximos tres años el Ayuntamiento se quede sin obtener unos beneficios previstos, es del propio Concello por no elaborar unas bases que impidan estas jugadas de algún listillo. La experiencia sirve para aprender.
Finaliza el mes y con el llega la vuelta al colegio y los aparcamientos desbocados frente a los colegios porque ahora hay que ir a buscar a los nenes en coche. No vaya a ser que se acatarren por ir caminando con sus amigos y compañeros hacia su casa y de paso, como se hacía antes, labrando amistades que perdurarán en el tiempo.
Remata septiembre y la ciudad se ha convertido en una enorme «silveira» en donde hierbas y zarzas crecen a su antojo sin que se tomen medidas para su limpieza. En este sentido, pasear por el adarve de la muralla es casi un suplicio para la vista y una sorpresa desagradable para los visitantes que no dan crédito a lo que ven.
Septiembre se muere, se muere dulcemente, que cantaba en su momento José Guardiola. Veremos ahora que sorpresas nos ofrecerá octubre aunque a muchos nos coja ya de vuelta.