«¿Ensalada de bolsa? ¡Quita de aí!»

Xosé cArreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Maruja y Fernando acuden sin falta desde hace años a la plaza para vender los productos de su huerta

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mercado paisano de Lugo, que se celebra los martes y los viernes en la plaza de abastos, tiene desde hace muchos años tiene como vendedores habituales a Maruja y Fernando un matrimonio que ofrece a su clientela, casi fija, lo que producen en sus huertas de A Cheda. En esta temporada, pimientos, tomates, patatas, lechugas y otras verduras cultivadas a pequeña escala y de manera artesanal.

Lunes y jueves son días para preparar toda la producción disponible para «subirla» al mercado. Martes y viernes toca madrugar para estar temprano en la plaza. Es algo así como si fueran a Mercabarna o Mercamadrid a descargar la mini producción, pero son ellos los que se ocupan de la venta directa. Son un mini Gadis en el que, por ejemplo, no hay ensalada en bolsa. Las lechugas que producen son espectaculares. Cuando se le pregunta a Fernando si le metería el diente a una ensalada de bolsa, que triunfa entre aquellos que no tienen tiempo para ponerse a deshojar una lechuga y lavarla contesta: «¿Ensalada de bolsa? ¡Quita de ahí!».

El principal centro productivo de este matrimonio está en A Cheda, una de las zonas hortícolas más grandes de la ciudad. Allí tienen prácticamente de todo en unas tierras que están súper labradas. A Fernando le produce dolor de cabeza ver las grandes extensiones de terreno abandonadas y totalmente cubiertas de maleza. Eso es lo que ocurre casi a las puertas del Mercadona de Fonte dos Ranchos. «Toda esa zona é unha vergoña», apunta este productor. Y no le falta razón. El abandono es total y absoluto porque se trata de un polígono de actuación pendiente de desarrollar. «E se cadra, hasta meten por aquí un paseo e todo», dijo otro hortelano de la zona.

Maruja y Fernando dedican esta temporada especial atención a una plantación de remolacha para la ceba. «Da xenio vela. ¿É de Mondoñedo?», pregunto. «¡Que va! fixen eu mesma o sementeiro!, cuenta la mujer que ya tiene como un ritual el estar como un clavo en los mercados de los martes y los viernes. Dice que es como una terapia para ella. Le anima a seguir cuidando diariamente las huertas en vez de estar encerrada en casa viendo el Sálvame y le permite estar en contacto con las otras vendedoras. A mayores, las ventas le proporcionan unos pequeños ingresos para ir tirando.

Ante tal plantación de remolacha, viene a la cabeza el gran festín que se darían los jabalíes en caso de que llegaran a la zona, medio urbana, medio rural. Pero, este año no aparecieron y la «leira» se salva.

En la zona realmente están más preocupados de los «jabalíes» de dos patas. Dicen que se trata de ladronzuelos, o ladronzuelas, que alguna noche visitan los hortos de la zona para llevarse algunos tomates, patatas o lo que puedan pillar. «¡Que anden con coidado, que hai quen se levanta polas noites para vixiar! advirtió una mujer de esta zona, situada casi al pie de la Catedral de Lugo.

En A Cheda lamentan el abandono y que haya tierras cubiertas de maleza