El misterio del castro de A Piringalla

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Una década después de su descubrimiento sigue sin completarse la necesaria excavación

07 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi diez años después nada se hizo. En diciembre de 2007 fueron hallados en A Piringalla (Marcelle) restos de un castro del que nada se sabía hasta entonces. Los controles y sondeos arqueológicos efectuados entonces aportaron datos relevantes, pero quedó pendiente una excavación en área que la Administración eludió. La crisis económica sirvió como telón de fondo a la inactividad institucional para avanzar en el conocimiento de este yacimiento arqueológico. Ahora que están a punto de cumplirse diez años, este asunto volverá al Parlamento de Galicia de la mano de la diputada socialista Concepción Burgo, exconcejala de Cultura de Lugo.

En Lugo se tenía constancia de la existencia de un castro muy próximo a la capital, el de A Croa de Albeiros. Pero del de A Piringalla, en la ladera que por detrás del más antiguo de los depósitos de agua cae hacia el río, no había constancia; no la había, pero sí algunos síntomas que hicieron que se adoptaran precauciones cuando llegó el momento de sustituir las tuberías de impulsión de la traída de aguas de la capital. En 1997, con motivo de las obras de construcción de las canalizaciones de la red de gas, fueron localizadas en esa zona restos de cerámica romana.

ALBERTO LÓPEZ

Las intervenciones en el terreno a lo largo del tiempo hicieron que resultase difícil identificar el castro. De hecho, en su día, Gonzalo Meijide, arqueólogo de la Consellería de Cultura en Lugo, destacó la singularidad de que este asentamiento pasase desapercibido a Antonio Fraguas en su trabajo sobre los castros de la comarca de Lugo.

La arqueóloga Manuela Pérez Mato fue la encargada del seguimiento de las obras de instalación de las canalizaciones de agua. Fueron apareciendo vestigios arqueológicos, como restos de construcciones y cerámicas.

Sondeos

Una vez detectados, se ejecutó un proyecto de sondeos arqueológicos, dirigidos por Roberto Bartolomé Abraira. Este, en una entrevista concedida a La Voz de Galicia en febrero de 2008, señaló, cuando se le preguntó qué superficie puede tener el castro: «Tenemos una zanja de este a oeste, pero no de norte a sur; por tanto, no se puede concretar en estos momentos. Ahora bien, por los fosos que tienen, da la impresión que fue de considerable envergadura».

El mismo técnico explicó entonces que habían sido localizados tres fosos defensivos hacia el este, y dos hacia el oeste. A la vista de los hallazgos, considera que debió de tener un doble anillo de fosos y, a mayores, uno más en forma de media luna. Apuntó que, una vez construida la ciudad, las defensas del castro fueran derruidas.