La plaga del roble vuelve a estar fuera de control en el sur de Lugo

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ROI FERNÁNDEZ

La superficie afectada llega al 90% de los bosques de esta especie en muchas zonas

22 ago 2017 . Actualizado a las 22:05 h.

La historia se repite. Casi treinta años después de los primeros ataques de cierta relevancia, la altica quercetorum o plaga del roble vuelve a cebarse con los bosques del sur de Lugo. Y esta vez con una virulencia desconocida, consecuencia de unas condiciones meteorológicas igual de anómalas. En algunas parroquias de los municipios de la comarca de Monforte la superficie afectada podría alcanzar al 90% de las carballeiras, según cálculos de diferentes especialistas. «O deste ano é brutal. Non lle damos importancia, pero podemos estar diante dun problema moi serio», dice el biólogo Guillermo Díaz.

No existen estimaciones oficiales sobre la incidencia de la plaga, originada por un insecto que se alimenta de las hojas del árbol. Pero su gravedad parece fuera de cualquier duda. «As carballeiras están como queimadas. Primeiro afectaba ao quercus robur pero non á variedade pyrenaica. Agora ataca todos sen distinción. Ninguén se volveu acordar da praga e isto vai ter consecuencias», apunta Victoriano Pérez, ingeniero agrónomo.

Más estética que económica

Las consecuencias a las que se refiere se desprenden del fuerte debilitamiento al que pueden verse sometidos los robles infectados cuando la plaga ataca con tanta intensidad. Los investigadores consideran que los árboles afectados sufren una depreciación «más estética que económica» que se supera con el paso del tiempo. Pero esa argumentación encaja en años algo más «normales» desde el punto de vista de la meteorología. Porque este verano la altica va camino de esqueletizar los robles al dejarlos sin una sola hoja. «Sen follas, as árbores non poden facer a fotosíntese. E sen fotosíntese non podes alimentarse», explica Guillermo Díaz.

Lo ideal para atenuar los efectos de la altica sería, según su criterio, que la llegada de la lluvia propiciase un rebrote de la hoja en los robles afectados. De lo contrario, el debilitamiento de los árboles dañados puede convertirlos en presa fácil para posibles ataques de otros insectos que atacan a la raíz. «Aquí todo o mundo parece esquecerse do problema, pero como sigan deixando de dar tratamentos imos atoparnos con que os carballos comezan a secar», sostiene Victoriano Pérez.