Nuevos cierres en Abella, cuyo dueño dice que sigue negociando la venta

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Upim, inaugurada por Carlos Baute, liquidó y está desmontando ya las estanterías

18 jul 2017 . Actualizado a las 22:08 h.

La tienda italiana de ropa Upim está echando el cierre en Abella, trece meses después de su apertura, apadrinada por el cantante Carlos Baute. Personal de la franquicia italiana está acabando de desmontar las estanterías, después de varios días de descuentos del 50%. La marcha de esta tienda del centro comercial de Abella deja prácticamente sin actividad estas instalaciones, inauguradas el 18 de noviembre del año 2018. El responsable de la empresa propietaria, Luis Ridao, volvió a insistir ayer que continúa la negociación para vender. Según dijo, «vamos despacio».

Con el cierre de Upim prácticamente ya no quedan negocios abiertos, salvo una parafarmacia, una tienda de ropa y artículos infantiles, una tienda de ropa low cost, el gimnasio, los cines y el hipermercado que ocupa toda la planta baja. El resto de las tiendas del centro fue cerrando en los últimos meses, dejando un panorama desolador y un reguero de denuncias y contradenuncias judiciales, de los operadores a la propiedad y viceversa. Los que no han cerrado, como el hipermercado, se han visto obligados a reducir personal como consecuencia de que no se están cumpliendo las previsiones iniciales de afluencia de clientes y por lo tanto, tampoco las de ventas.

Siguen las negociaciones

A mediados del pasado mes de junio el propietario de Abella, Luis Ridao, reconoció públicamente que estaba en negociaciones para la venta del centro comercial. Admitió que el ritmo de las conversaciones no era todo lo ágil que deseaba, pero que contaba en que «en breve» hubiera un acuerdo de venta del centro comercial.

Ridao insistió en que las negociaciones, después de recibir varias ofertas por la compra de Abella, estaban centradas, al menos en el mes de junio, en una empresa de capital español.

Este diario se puso de nuevo ayer en contacto con el empresario catalán de Inversiones Abuín, quien insistió en que las negociaciones seguían en marcha, con un «vamos despacio». No se pronunció sobre la marcha de Upim.

Las discrepancias entre los propietarios y los operadores empezaron a trascender públicamente en el mes de agosto del pasado año, diez meses después de la apertura del centro, con la marcha de la bolera.

La polémica licencia

Sobre el cierre de este negocio hubo diferentes versiones. La de la propiedad, que insistió en que había sido un desahucio por impagos y la del propio operador. Según este último la decisión de cesar la actividad respondía a una orden de la Policía Local por carecer de la licencia pertinente. Este tema generó una importante polémica, que para nada está zanjada.

La bolera no fue el único negocio que llevó a la sociedad de Ridao al juzgado. La misma familia regentaba otros negocios que trasladó a otros centros. El mismo camino siguieron otros comerciantes y hosteleros, que se instalaron ya en otros puntos de la ciudad y que iniciaron procedimientos contra el empresario catalán, que a su vez emprendió varios por desahucio.

Once meses después del amplio despliegue de la inauguración de Upim, con la que la propiedad del centro quiso acallar los comentarios sobre el posible cierre por falta de operadores y para acallar las críticas de los que estaban, la franquicia italiana está a punto de dejar Lugo.

La competencia

Para los lucenses, nada mejor que la competencia para conseguir buenos productos al mejor precio. Así que, ojalá el centro comercial aguante abierto el mayor tiempo posible, o lo compre alguna firma que quiera volver a lanzarlo con fuerza. Aunque se acabó la época de vacas gordas y ya nadie gasta lo que gastaba, también es verdad que el comercio aprendió a sobrevivir con menos. Y para los lucense mejor será tener una oferta más.

Los cines del centro comercial no tienen previsto marcharse ni introducir cambios

Los cines de Abella seguirán funcionando como hasta ahora, según confirmó el empresario Diego Silva, de la empresa Ciproga, que también explota las salas del otro centro comercial, el de As Termas.

Diego Silva explicó que no figura entre las previsiones de la empresa dejar As Termas. «Vamos tirando -dijo- unas veces mejor, otras peor, depende de la película, pero estamos ahí y no tenemos pensando ningún cambio».

El titular de Ciprogra descargó incluso que dejaran inactivas algunas salas durante los meses de verano. «Ahora -apuntó- es cuando más gente tiene que haber. Depende del tiempo y de la película, si llueve vendemos más entradas».

Los cines, junto con el gimnasio, que regenta la cadena MacFit, que fue el primer negocio que empezó a funcionar en Abella, siguen operativos. El edificio lo diseñó el arquitecto Manuel Villar para recibir anualmente entre tres y tres millones de visitantes.