Alfarería, una pujante y dilatada industria en la ciudad romana

enrique alcorta LUGO

LUGO CIUDAD

Las excavaciones han permitido el descubrimiento de unos 45 hornos alfareros insertos en diferentes talleres

05 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante el primer siglo de su existencia, desde Augusto hasta Vespasiano, al tiempo que la ciudad va adquiriendo su primera fisonomía, en el ajuar cerámico de uso diario de Lucus Augusti se reconocen dos grandes grupos. De una parte la figlina de uso diario, para cocina, mesa y almacenaje corriente. Este grupo revela rasgos fuertemente indígenas y es fácil comprender el porqué. El grueso de la población de esta temprana ciudad serían indígenas procedentes del entorno, todavía en fase de romanización y, por lo tanto, manteniendo aún sus locales gustos particulares. De otra, la comercialización de este tipo de recipientes, simples, baratos y en su caso voluminosos, no proporcionaría márgenes de beneficio, por lo que no interesaría su comercialización, difícil, por lo demás, habida cuenta del incipiente estado de la red de vías que existía en estos momentos.

El segundo grupo son de recipientes finos, caso de las llamadas sigillatas, cerámicas de lujo de característico color rojo, algunas de las cuales presentan firmas (siglas) que contienen el nombre del taller o de los fabricantes de procedencia, generalmente de Italia o de la Gallia. Es también el caso de los vasos conocidos como «paredes finas», llamados así por la extrema delgadez de sus paredes y, en consecuencia de extraordinaria fragilidad. A ello hay añadir las ánforas, las lucernas (lamparillas de aceite) y algunos vidrios. Su calidad, la novedad de estas producciones y su distante comercialización implica que sean productos de alto coste que, en este caso, sí dejarían beneficio comercial. Piezas que, además, eran de uso normal entre los romanos que habitaban la ciudad y los que pretendían imitarlos.

Pasado el tiempo, ya a finales del siglo I, entre los emperadores Vespasiano y Adriano, se produce un cambio importantísimo que va a convertir a Lucus Augusti, durante cuatro siglos, en una auténtica potencia industrial alfarera dentro de la Gallaecia. Las excavaciones arqueológicas realizadas en los últimos años han permitido el descubrimiento de unos cuarenta y cinco hornos alfareros insertos en diferentes talleres. Según esto, Lucus Augusti constituye uno de los raros casos conocidos en el mundo romano en el que ciudad y «polígono industrial», alfarero en este caso, se integran en la práctica en un mismo entramado urbano, cuando habitualmente estaban separados. La existencia en el entorno de finos barros de buena calidad, de una potente tradición alfarera local y el hecho de que nuestra ciudad se encuentra en un finisterre geográfico y, por tanto, al extremo de las vías de comunicación marítimas y terrestres de la época, permiten esta posibilidad.

Durante tres siglos esta industria se localizaba en la parte norte y este de la ciudad quedando, en algunos casos, los talleres prácticamente pegados al foro, es decir a la plaza que concentraba los principales establecimientos administrativos, políticos, religiosos y económicos de toda ciudad romana que se precie. Lugar, por tanto, donde se venderían y comercializarían los productos alfareros producidos en la ciudad. Su potencia queda reflejada en el hecho de que los talleres se concentraban durante este momento en un amplio cuadrilátero urbano delimitado por la Muralla, entre las puertas de la Rúa Nova y San Pedro. 

Delimitación

Por el interior, los límites estarían marcados por la propia Rúa Nova hasta alcanzar la Plaza de Santo Domingo, siguiendo por buena parte de la rúa Progreso hasta enlazar de nuevo con la muralla en un punto indeterminado, más o menos próximo a la Puerta de San Pedro. Es decir, nuestro «polígono» ocuparía más o menos una cuarta parte de la superficie urbana de la ciudad romana. Con la construcción de la muralla, muchos de estos talleres desaparecen. En algunos casos, por que el trazado de la muralla los atraviesa directamente, en otros porque se trasladan de lugar.