Mantener a raya palomas y estorninos supone un gasto de 3.000 euros al mes

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

PRADERO

Los biólogos aseguran que en Lugo hubo bandadas con unos 20.000 tordos

25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El dinero público vuela. El Concello de Lugo no solo tiene que hacer frente a gastos, muchas veces polémicos, de infraestructuras y servicios básicos. Periódicamente llegan facturas con las que muchos ciudadanos no cuentan. Un ejemplo: las de control de aves urbanas. Si no hubiera planes específicos, la ciudad podría ser actualmente un hervidero de palomas y en los meses de invierno padecer una invasión absoluta de estorninos. De la hucha pública hay que sacar en la ciudad todos los meses tres mil euros para los pájaros.

Ana Prieto, la concejala de Economía, acaba de firmar un decreto para que le paguen a Locus Avis, una empresa de Bergondo, alrededor de 8.500 euros por el contrato del servicio del denominado Plan Integral de Control de Durmidoiros Urbanos de Estorniños na Cidade de Lugo. Los trabajos, ya ejecutados, corresponden a la temporada 20016/17. La factura, advierte el decreto está debidamente conformada.

Aseguran biólogos de la firma coruñesa, que controla las aves urbanas de numerosos municipios de Galicia, que Lugo figura a la cabeza en cuanto a población de estorninos. Hubo inviernos en los que se vieron bandadas que podrían tener, dicen, hasta veinte mil ejemplares de estas aves que reciben el nombre de tordos. Tanto pájaro constituye un serio problema en cualquier ciudad. Pocos conductores consiguen librar sus vehículos de los excrementos de estas aves que vienen a pasar el invierno a la ciudad. Llegan a finales de septiembre o principios de otoño y se van con la llegada de la primavera.

Los estorninos dejan algunas zonas verdes de la ciudad y sus bancos echas un asco. Sus dormideros preferidos son el parque Rosalía de Castro, Ramón Ferreiro y el parque de Frigsa. Es en esos puntos donde la empresa lleva a cabo los controles. Hubo años en los que calcularon que en el principal recinto verde de la ciudad hubo hasta 15.000 unidades; 9.000, en Frigsa y 5.000, en Ramón Ferreiro. Aseguran los biólogos que los estorninos o tordos viven y duermen juntos. Un árbol puede ser la fonda de miles de ejemplares. Coparán todas sus ramas hasta que prácticamente no quede más sitio.

Algunos ornitólogos sospechan que, al igual que las cigüeñas, una colonia nutrida se quede durante el verano en la ciudad. Se trataría de una variedad autóctona acostumbrada a la luz y también al calor. Además, no hay método descubierto que les haga huir. Ya no temen a las aves rapaces que usan los técnicos de la empresa y de los sonidos de depredadores, pasan.

A la factura de los estorninos, el Concello de Lugo tiene que sumar la de las palomas, que es aún más cara. En este caso se ocupa otra empresa diferente y supone algo más de 16.000 euros por año

Algo difícil

El control de palomas y estorninos no es tarea fácil. Supone inversiones que anualmente se elevan a casi 30.000 euros. Y pese al gasto, todos los inviernos grandes bandadas sobrevuelan la ciudad en busca de alimento y cobijo nocturno, causando problemas serios de suciedad. Lo mismo ocurre con las palomas. De todos modos, no todo ha de ser negativo. Ambas especies, dicen los ornitólogos, son indispensables en el ecosistema.

Capturar un solo ejemplar puede llegar a costar al Concello lucense hasta 35 euros

En 2015, el Concello de Lugo sacó a concurso un plan de erradicación de palomas por un plazo de cuatro años. El presupuesto total fue de 64.462 euros, lo que supone algo más de 16.000 al año.

En 2016, según los datos aportados a la institución contratante, fueron capturadas 456 palomas, de las cuales 356 cayeron en las jaulas trampa que la empresa colocó en la residencia de San Roque. Haciendo números resulta que cada paloma cazada sale por unos 35 euros. En este precio hay que incluir, aseguran en el consistorio, los gastos de personal, según explicaron fuentes municipales. La empresa tiene que dedicar varias personas al montaje de las jaulas y a su posterior control.

El método se utiliza en numerosas ciudades, pero su eficacia es limitada dado que la especie se reproduce con rapidez teniendo alimento y espacio. En algunas ciudades recurren a métodos químicos agresivos, pero estos son cuestionados por los ornitólogos.

Métodos caseros que no intimidan a las aves

Palomas y estorninos no son aves simpáticas para muchos vecinos. Muchos residentes en la zona del parque tuvieron que dejar de tender en las terrazas que al final del día acababan cubiertas de excrementos. No faltó quien las tapara con plásticos. Algunas comunidades de vecinos celebraron reuniones extraordinarias para decidir cómo luchar contra las palmas. En varias casas instalaron pinchos de alambre.