«La historia no ha sido justa con las mujeres»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

El escritor lucense presenta su última novela, «Juego de reinas»

12 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Núñez se encuentra cómodo en la historia más antigua de Galicia. Aquella en la que las brumas y los castros formaban el paisaje antes de la llegada de los romanos. En esta época se asentó su afamado debut literario, Las hijas del César (2006). Cuando trabajaba en esta novela arrancó su pasión por la etapa anterior, la de las tribus celtas. Diez años después por fin sale a la luz su novela Juego de reinas, editado por Edhasa, todo un viaje a las leyendas celtas.

-¿Qué motivos le llevaron a ella?

-Quería ampliar el horizonte prerromano que arrancó con Las hijas del César. Y a la vez no solo usar a Galicia como escenario, también a Irlanda e Inglaterra, poner la cultura celta en común entre Galicia y las islas. Estuve dos años trabajando con la novela pero tuve que pararla por varios motivos, incluso me planteé dejarla, pero finalmente la retomé con la nueva editorial.

-¿Cómo fue la documentación?

-Tenía la base de Las hijas del César, pero ahora me encontraba ante otro territorio. Me sirvió de ayuda la cantidad de estudios que hay sobre el mundo celta en Irlanda. Tienen un relato avanzado de esta parte de la historia. Además, las universidades de ese país son accesibles a la hora de divulgar información. En los últimos años se hicieron públicos más estudios sobre Stonehenge.

-¿Qué le ha llamado la atención cuando buscaba documentación?

-Pues la sana envida con Irlanda e Inglaterra, que tienen todo documentado, estudiado y catalogado. Tienen orgullo nacional por su patrimonio, lo protegen y lo ponen en valor. En Galicia tenemos maravillas pero que salen por un incendio, la corta de unos árboles, por casualidades o por el empeño de asociaciones que luchan por dar a conocer castros, mámoas, petroglifos… Echo en falta la implicación de la Administración.

-Faltan estudios sobre los celtas y las tribus en Galicia.

-En Lugo tenemos a los mejores estudiosos, historiadores y arqueólogos de esta época. En Galicia conocemos más o menos a las tribus que ocuparon el territorio, pero por ejemplo no sabemos el nombre de un poblado. ¿Cómo se llamaba el castro de Viladonga? Contamos con más de 400 castros, miles de restos… pero nos falta toponimia prerromana, o el nombre de un guerrero o de un rey. En Irlanda se conserva el 90% de la toponimia prerromana. En nuestro caso, la pena es que no tenemos de dónde conseguir esa información.

-¿Por este motivo los personajes son ficticios?

-Totalmente. Utilizo para la historia escenarios reales. Ya sean Os Ancares, Santa Eulalia de Bóveda o la Brigantia, en Galicia, como las islas de Arán o Newgrange en Irlanda; o Cornualles en el sur de Inglaterra, con Stonehenge. También hay referencias a historias y viajes a tierras de Escocia, Gales y Bretaña.

-Que las protagonistas sean dos mujeres no es casual.

-Para nada, ya lo hice en Las hijas del César. Me gusta hacerlo. Creo que la historia no ha sido justa con ellas. En Roma, la mujer estaba en un papel de inferioridad con respecto al hombre, pero en el caso celta, llegaron a estar al mismo nivel. Podían dirigir clanes, combatir… Es una pena que nos falte documentación para poder asegurar que hace 2.500 años las mujeres luchaban para conseguir los mismos derechos que ahora. Sabemos que hubo mujeres que se enfrentaron a Roma.

-Es inevitable que el título recuerde a «Juegos de tronos».

-Hubo un debate entre la editorial, mi agente y yo. He de decir que ya lo tenía desde un principio y pienso que tiene suficiente diferencia la historia como para mantenerlo. Mi novela arranca con una batalla para conseguir el trono. El perdedor tiene que ceder a una de sus hijas al ganador e irse con la otra hija. A partir de ahí son dos mujeres separadas y vemos cómo transcurren sus vidas paralelas que inevitablemente se encontrarán.

-Tiene un estilo visual, sus novelas parecen guiones de cine.

-No es ningún truco. Siempre he trasladado al papel lo que pienso en imagen. Los guionistas hacen lo mismo.

-Le gustaría que se llevase alguna de sus obras a la pantalla.

-No lo busco, pero sí me gustaría. Con Las hijas del César estuvo a punto de hacerse. Me ayudó a conocer el mundo del cine y de los guionistas. Siempre me han dicho que mis obras se pueden llevar a la pantalla. Ángel de la Cruz me dijo que tenía que haber sido guionista, porque haría obras más baratas (risas). Me acuerdo que una estimación inicial con Las hijas del Cesar llegaba a los 90 millones de dólares. Después se fue rebajando, pero no se hizo. Y eso que con el Arde Lucus se podía abaratar la producción. Un productor se dio cuenta que con la figuración y las vestimentas se podían aprovechar para una película. Con el tiempo, el Arde Lucus traerá una gran producción audiovisual. Además, ya no es una fiesta, es un fenómeno social que trasciende fuera de España.

-¿Cuáles son sus referencias?

-Siempre pienso en lo que leía de niño. A mí siempre me gustaron los libros de aventuras, por lo tanto, Salgari, Dumas, Verne.

-Usted es una persona comprometida con la izquierda. ¿Nunca pensó en hacer una novela sobre los acontecimientos sociales que se viven en los últimos años?

-Tuve propuestas, porque en Lugo hay más operaciones en los juzgados que en los quirófanos. Pero todo esto me entristece porque soy lucense. Por ejemplo, hacer una novela sobre la Carioca sería como tratar de ganar dinero con algo que está haciendo mal a la sociedad y a la política lucense. No soy el escritor apropiado para este tipo de novelas. La corrupción también me afecta a mí como ciudadano, me siento descontento con lo veo, y la crispación social que existe también la siento yo y me sería complicado .

-Seguirá con la novela histórica.

-Buf, de momento me apetece parar, lo necesito. Tengo ideas y además un compromiso con la editorial Edhasa para otra novela.

Ficha: 

El autor. Nacido en Lugo, en 1973. Funcionario de la Xunta. Colaborador de La Voz de Galicia y de la Ser.

Sus obras. «Las hijas del César» (2006), que llegó a las seis ediciones y fue finalista del Premio Planeta del 2006; «Ladrones de historia» (2010) dos ediciones; y «Juego de reinas» (2017).