El feísmo visto desde la terraza de la elogiada cárcel de la cultura

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Los galpones del Seminario y los tejados de la estación de buses estropean la panorámica

04 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La reformada vieja cárcel de Lugo no dejó de recibir visitas a lo largo de todo el fin de semana. Es actualmente uno de los grandes reclamos para lucenses y personas de fuera. Durante el domingo hubo coruñeses que se desplazaron exclusivamente a la capital para hacer la visita a una instalación cuyo resultado final no para de recibir elogios. Es difícil encontrar a visitantes que el proyecto no les hubiese resultado altamente atractivo, especialmente porque los arquitectos supieron respetar una buena parte de las zonas de lo que fue la prisión modelo de la ciudad.

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Hay algunos lunares negros en tal destacada obra. En primer lugar, los visitantes deseosos de obtener información sobre la instalación no la consiguieron. Faltan paneles explicativos en algunas salas. Está pendiente una exposición sobre la historia de la instalación cuya inauguración se retrasó al próximo jueves.

Muchos visitantes trataron de encontrar explicaciones en paneles, pero no las hallaron. Así, por ejemplo, hay una parte del recinto (muy fotografiada) en la que aparecen unas ventanas con rejillas y unos compartimentos con pequeños asientos. Pocos de los primeros visitantes supieron que eran los sitios que ocupaban las mujeres que los domingos y festivos deseaban escuchar la misa que oficiaba el capellán del centro penitenciario. En su momento hubo visitas guiadas y proyección de un documental.

Los cristales que hacen las veces de barandilla en las escaleras que comunican uno de los módulos de la cárcel con un la zona de las celdas presentan estos días una suciedad que llama poderosamente la atención, teniendo en cuenta que el resto del recinto está reluciente.

Una de las partes del flamante centro cultural que acapara gran interés, después de la zona central de la edificación, es la cafetería. Los primeros visitantes hicieron correr la voz de que las vistas eran espectaculares y diferentes y realmente tenían razón. Es posible divisar un buen tramo de la muralla y las casas que quedan en su interior. También se aprecia el trazo de la avenida de los Tilos y García Portela.

En ese nuevo panorama que puede verse de la cafetería hay dos puntos que chafan las vistas. El principal son los «jalpóns», como así los llamaron algunos, del seminario. La institución añadió a una de sus construcciones una especie de alpendres cubiertos con planchas de amianto que no solo afean la vista sino que impiden la continuidad de la zona verde que hay delante del edificio de la diócesis y, a la vez, dañan el conjunto del edificio religioso.

Los tejados de la estación de autobuses, edificio útil pero de gran fealdad, son otra visión poco gratificante desde la futura cafetería de la última planta del primer bloque del viejo centro penitenciario del partido de Lugo y que fue sustituido por la cárcel de Bonxe. Sobre el edificio de la terminal hay depósitos y también otros elementos que contrastan con la espectacular vista de enfrente.