El botellón puede conllevar lesiones y sexo no seguro

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El consumo de alcohol baja al dejar la USC, aunque menos de lo esperado, concluye un estudio hecho en Lugo y en Santiago

28 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre el 20 y el 30 % del alumnado de la USC, tanto en los campus de Santiago como en el de Lugo, consumían alcohol de forma intensiva, típico del botellón, al iniciar la carrera en el año 2005. Nueve años después, en el 2014, cuando la mayoría de aquel colectivo ya habían finalizado los estudios y se iniciaban en el mercado laboral, el consumo descendía, pero menos de lo que se esperaba, y alcanzaba entre las mujeres un 5 %, y entre los varones el 17 % . Beber alcohol de forma percibida como de riesgo entre ese estudiantado también descendía, y de superar el 40 % el primer año bajaba hasta algo más del 20 %. Además, el consumo en exceso de alcohol asociado al botellón ha sido la causa de mayor número de lesiones, comportamientos de sexo no seguro y de accidente de tráfico.

Estas son algunas de las principales conclusiones de la tesis doctoral de Lucía Moure Rodríguez, defendida ayer con éxito. La dirigió el profesor Francisco Caamaño, del Departamento de Medicina Preventiva. «En los 9 años de seguimiento, se contactó con ese grupo de estudiantes seis veces. Se les preguntaba siempre sobre el consumo de alcohol y sus consecuencias. La mayoría tenían 18 años la primera vez y 27 años al final. El año próximo tenemos previsto volver a contactar. Consultamos todos los centros de la USC, al menos un aula de cada Facultad. Tuvimos más de 1.360 estudiantes que participaron al principio, y al final sobre 400, pero se han mantenido las características requeridas para la representatividad del estudio», sostiene Moure.

Esta especialista señala varios trabajos, realizados en España y otros países, que concluyen que entre universitarios se consume más alcohol y de una manera más intensa que entre otros grupos de jóvenes no universitarios, de su misma edad. «Por eso esperábamos unos consumos de alcohol elevados. Al cabo de 9 años de seguimiento observamos que el consumo elevado baja, pero pensábamos que lo harían más, que sería más habitual de la juventud y que después se dejaría de tener, y no hemos encontrado esa evidencia», sostiene. Desde el inicio verificaron un mayor consumo en varones que en mujeres, y el descenso al final de los 9 años de seguimiento es más acusado igualmente entre mujeres, dice.

Entre el interés de este trabajo está que «no hemos encontrado en España otros estudios que hayan seguido a jóvenes universitarios durante tanto tiempo para ver si mantenían las conductas con el alcohol o no», agrega.

Moure explica que el colectivo de jóvenes que estudian en la universidad son personas informadas. Por eso, este elevado consumo de alcohol se relaciona, según explica, con que «por una parte en España está integrado el alcohol en la cultura, se ve muy normal su consumo; incluso se habla del vino como un alimento más de la dieta mediterránea».

Riesgos para la salud

Además, «también es muy habitual entender este consumo elevado de alcohol en la juventud como algo que forma parte de ese período de la vida. Se valora que esas conductas y prácticas de riesgo tienen que pasarlas; incluso los padres entienden que es algo normal en sus hijos, que son períodos vitales que acabarán desapareciendo. Hay una normalización muy grande, tanto del consumo de alcohol como de que ocurra en universitarios».

Considera asimismo que «no se le da demasiada importancia a los riesgos para la salud que encontramos en el estudio. La mayoría de la gente asocia el botellón a molestias; a ruidos en la calle, sobre todo nocturnos; o a una borrachera sin más; pero hay otras consecuencias negativas».