Las sóforas de la Praza Maior engordan cada vez más y llegan a la talla XXL

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

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El Concello adopta medidas especiales para que sus raíces no resulten dañadas

26 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hubiera un Zara o un HM de la jardinería, no tendrían talla para las sóforas que hay en la Praza Maior de Lugo. Son los árboles que están colocados en fila india a lo largo del paseo donde están las terrazas de los bares y que destacan por tener a la vista unas raíces que parecen milenarias. Los biólogos les llaman Sophora Japónica, pero popularmente son conocidos como acacias de Japón.

Las ocho sóforas que hay en el centro Lugo van camino de estar en la lista de las más gorditas de España y también de Europa. Pasaron de la XL y lucen sus retorcidas raíces en el álbum de fotos de Google. «Moitos visitantes chámalles poderosamente a atención polo volume do seu tronco e especialmente polo enraizado», recordó hace unos días el concejal Daniel Piñeiro, que entre sus muchos cometidos, como el de lidiar con la polémica RPT, también tiene el de ocuparse de las plantas.

El Concello tuvo que poner remedio a esa gordura. Resulta que las raíces afectaban a los cierres de hormigón que tenían a modo de grande recipiente protector. Estos incluso motivaban tropezones de los viandantes. Por todo eso tuvieron que idear un sistema que, por un lado evitase problemas para los viandantes y, por otro, favoreciese el crecimiento a voluntad de las raíces. Los cierres perimetrales con hormigón ahogaban a las sóforas y, para que esto dejase de ocurrir, fueron encargadas a la empresa que lleva la jardinería de Lugo unas planchas de rejilla galvanizada que van montadas por partes.

El sistema evita que los ciudadanos puedan meter el pie en las raíces y caigan de bruces sobre las sóforas y, además, permite que, a medida que vayan creciendo las raíces, puedan retirarse las rejillas según convenga.

Esta misma semana los operarios de Calfensa acabaron los trabajos de colocación de las planchas correspondientes a las tres últimas de la fila, empezando a contar desde el consistorio.

No hay datos concretos sobre la edad de estas acacias japonesas de la plaza. Tranquilamente puede que vayan camino delos cien años. De ser así entrarían en la recta final de la vida, aunque gozan de buena salud. Dicen los expertos que llegan a vivir entre 120 y 160 años.

Las de Lugo son duras. Presentan las heridas de las podas de las que fueron víctimas para cumplir el papel ornamental para el que fueron plantadas en ese lugar. Se salvaron de la devastadora plaga que acabó con los negrillos. Es posible que muchos ya no los recuerden, pero en la parte de abajo de la plaza hubo una alameda formada por negrillos que tuvieron que ser sacrificados en lo que fue una de las operaciones más agresivas para los árboles urbanos de Lugo. No quedó ni uno en pie. Dicen los técnicos que no serviría de mucho.

Los olmos negrillos desaparecieron hace ahora unos dieciséis años. Fueron encargados estudios a biólogos, les dieron tratamiento con feromonas a la treintena de ejemplares que formaban el olmedo, más que alameda, pero únicamente aguantaron algunas unidades que finalmente acabaron sucumbiendo a la devastadora enfermedad.

En su momento, fue el concejal del BNG Marcos Cela, al que le fue dedicado un jardín próximo al nuevo auditorio tras su fallecimiento, el que adoptó numerosas medidas para salvar a los olmos. Incluso hizo una encuesta entre mil vecinos para saber qué arboles querrían tener en el espacio dejado por los negrillos. De todo ello fueron testigos mudos las sóforas que son ahora, junto a un par de ejemplares de otras especies, son de los árboles más veteranos que están en el centro de Lugo. «Seguiremos a darlles a atención que precisen para que continúen moitos anos», dijo el edil Daniel Piñeiro.

LA FICHA. La Sophora Japónica es un árbol ornamental de la familia de las leguminosas. Es caducifolio y de porte redondeado, según recogen las guías de especies arbóreas. Puede alcanzar los 20 metros de altura. Florece en verano entre seis y ocho semanas en racimes de flores. Resisten bien el frío.