Conciertos; como pagamos todos, pagan de más

Luis Latorre

LUGO CIUDAD

13 feb 2017 . Actualizado a las 10:12 h.

Cuál puede ser el motivo de que traer a Lugo a Milladoiro nos cueste a los lucenses 18.150 euros cuando el Ayuntamiento de Ferrol solamente ha pagado 9.680? ¿Serán las malas comunicaciones? ¿Quizás el clima? ¿Harán descuento si hay playa cerca? ¿O, sin ser muy malpensados, sencillamente será que en Lugo se tira de talonario sin criterio alguno? Total, paga Juan Pueblo.

Antes de que nos vengan con sesudas explicaciones hay que recordar que el asunto es más grave si nos paramos a pensar que el concierto en Lugo será en un mes de febrero y resguardados en un auditorio, mientras que en Ferrol era en exterior y en pleno mes de agosto, lo que aparentemente debería ser más costoso, no al revés.

Los sobrecostes pagados a los conciertos de estos días son noticia, y afortunadamente eso ayudará a que el público sepa que hay actuaciones, ya que el fracaso del concierto de Ariel Rot - 100 personas de pago y 40 invitados a un concierto que costó 15.000 euros - se debe en gran medida a su nula publicidad.

Es chocante cuando comparamos esa inexistente promoción con la gran campaña para difundir las habituales ocurrencias que convierten nuestro cementerio en un teatrillo de varietés, lo que convierte en incomprensible la vara de medir de nuestra flamante concejala de cultura.

¿Se pondrán excusas absurdas de las que luego se arrepentirán? La agresiva nota que el gabinete de prensa publicó en la web del Ayuntamiento de Lugo sobre el desastre de Rot fue retirada a las pocas horas, quizá porque se dieron cuenta de que echar la culpa a la oposición de los disparates propios es una mala estrategia, o simplemente porque sus argumentos no se sostenían.

En cualquier caso, una vez más vemos que el socialismo practicado por la concejalía de Cultura se basa en destinar ingentes cantidades de dinero público a empresas privadas para pagar sobreprecios que a saber dónde acaban. Eso sí, después no hay dinero para colaborar en el equipamiento del nuevo auditorio, que a este paso se pudrirá sin haber albergado ni un solo espectáculo.