Únicos culpables

Luis Latorre TRIBUNA

LUGO CIUDAD

17 dic 2016 . Actualizado a las 21:00 h.

Lo que le han hecho a la fuente de San Vicente solo puede ser obra de unos descerebrados que decidieron, probablemente alcoholizados, que es divertido destrozar un monumento que da personalidad a un punto estratégico de nuestro casco histórico desde 1.754. Para muchos de nosotros es uno de los rincones más hermosos que quedan en Lugo, y la escultura goza de una especial popularidad gracias a la fiesta en que San Vicente mana vino en vez de agua. Una vez más todos tenemos que lamentarnos por los actos de unos pocos.

Es fácil dirigir la ira contra las fuerzas del orden con el habitual «¿y dónde estaba la policía?» o incluso razonar que donde ya hubo un atropello mortal sin testigos se deberían haber instalado cámaras. Esa forma de pensar nos llevaría a justificar un Gran Hermano omnipresente que controle nuestras vidas y, lamentablemente es posible que haya que buscar medios de vigilancia que nos protejan colectivamente de tanto salvaje, apenas oculto tras un barniz de civilización porque en vez de palos y piedras lleva un móvil 4G.

Vallas, cámaras, rejas, vigilancia… ¿son la solución? ¿Solo podemos proteger el patrimonio si no le quitamos ojo? ¿La Muralla solo se verá libre de excrementos caninos si tenemos patrullas con? ¿De verdad la única forma de evitar el botellón en el parque es cerrarlo por las noches? ¿O esos no son más que parches que trasladan los problemas a otros sitios donde se vean menos? Nos quedamos con los síntomas pero no tratamos la enfermedad, y culpamos a la administración, cuando la única culpa de los delitos es de los delincuentes.