La rebaja a 30 km/h no suscita mayor oposición, aunque sí escepticismo ante el resultado
16 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En general, parece que la decisión del gobierno local de rebajar a 30 kilómetro por hora la velocidad máxima en la Ronda da Muralla merece una buena acogida en la sociedad lucense, si bien hay quien dice que habrá que ver qué resultados da y también quien cree que puede producir algunas dificultades en la fluidez del tráfico.
Para el presidente de la Federación Provincial de Asociacións Veciñais, Jesús Vázquez, la reducción de la velocidad en la Ronda y dar preferencia en un carril a los ciclistas son medidas que avanzan en el sentido en que él desea; hacia la peatonalización total de esta calle. «Hai que ir máis lonxe e peonalizar xa outros tramos», dice Vázquez.
Al presidente de la Federación de Comercio, José María Seijas, le parece «ben» la decisión del gobierno lucense. Dice que en la actualidad en pocas ocasiones se podían alcanzar los 50 kilómetros por hora establecidos como velocidad máxima. «Imos ver qué sucede», declaró Seijas.
Para un profesional de la carretera como es el taxista Fidel Rodríguez, ex presidente de la Asociación de Radiotaxi, la reducción de la velocidad máxima puede tener efectos positivos para el conjunto de la ciudad, pero opina que para su sector 30 kilómetros por hora es una velocidad excesivamente baja, en tanto que provocará un tráfico muy lento.
Ildefonso Saavedra es un conocido motero lucense, uno de los que se desplazan sobre dos ruedas prácticamente todo el año. «Me parece una velocidad excesivamente baja; creo que se va a enlentecer la circulación de modo que va a ser desesperante circular por la Ronda. Lo de la preferencia de los ciclistas en un carril compartido, me parece que va ocasionar más de un disgusto. Echo de menos otras medidas destinadas a favorecer el uso de escúteres, vehículos muy apropiados para una ciudad como Lugo. Por ejemplo no se prevé nada respecto a las llamadas líneas avanza moto».
Otro lucense usuario habitual de moto es Javier Castro. Señala que la clave del cambio no debería radicar en la reducción de la velocidad, sino en rebajar el número de vehículos que utilizan dicha vía. Menor velocidad, quiere decir marchas más cortas, y, por tanto, indica, más contaminación. Opina que de lo que debería de tratarse es de fomentar el uso de la bici, de la motocicleta y del transporte público. Cree que 50 es un límite adecuado, siempre que se haga respetar.
En el campo puramente político, el portavoz del PP, Jaime Castiñeira, cree que las medidas anunciadas por la alcaldesa para la Ronda da Muralla son una cortina de humo, para ocultar problemas como el del aparcamiento de la calle Ánxel Fole. Compara la decisión sobre la Ronda con la de la alcaldesa de Madrid de peatonalizar Gran Vía; no descarta que busque que se arme polémica para evitar tener que afrontar la peatonalización de más tramos de la Ronda.
Para el portavoz del Bloque, Rubén Arroxo, «é un pequeno avance cara un modelo de cidade máis amable coas persoas; hai que continuar avanzando na peonalización do tramo da Mosqueira e do recinto amurallado». Recordó que «a implantación da zona 30 fora unha das condicións do BNG para a investidura da alcaldesa e colectivos como Masa Crítica presentaron esta iniciativa no pleno».