Primeras sorpresas desagradables del «catastrazo» en las zonas rurales

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La diputada socialista Margarita Pérez pide medidas correctoras para no deprimir aún más al sector agrario

11 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La diputada socialista por Lugo Margarita Pérez Herraiz registró en el Congreso una proposición no de ley con la que insta al Gobierno a «aprobar unas normas para valorar adecuadamente los suelos rústicos», y «aprobar un procedimiento que permita a los ayuntamientos aplicar reducciones para corregir los excesos de valoración de construcciones agrícolas auxiliares mientras no se apruebe una ponencia específica para usos agrícolas».

Pérez Herraiz recuerda que la revisión catastral que realiza el Ministerio de Hacienda obliga a incluir en el catastro todas las fincas del medio rural y que se den de alta instalaciones rústicas como almacenes , alpendres o viviendas. «El resultado es que instalaciones agrarias que hasta ahora estaban exentas de pagar el impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) ahora tienen que hacerlo».

Y además, como la fijación de los valores se hizo con criterios de IBI urbano, se está produciendo una valoración excesiva de determinadas construcciones rústicas. «Este tipo de construcciones -dice la diputada- están sufriendo una valoración muy superior a la de mercado, que deriva en un incremento patrimonial no ajustado a la realidad».

Con esta proposición, el grupo socialista pretende corregir esta situación. Pide además que «mientras no se apruebe una ponencia específica para usos agrícolas, a través de la FEMP y de otras asociaciones municipales, se asesore a los ayuntamientos afectados para que aprueben ordenanzas fiscales que establezcan tipos impositivos más bajos sobre la base liquidable, dentro de la horquilla permitida».

El campo de fútbol de Muimenta pasa de pagar 80 euros al año a casi 3.000 y pone incluso a la sociedad en riesgo

El campo de fútbol de Muimenta, en Cospeito, ha deparado la primera sorpresa desagradable. Según la nueva fórmula de cálculo de Hacienda, el campo de fútbol de dicha localidad, que mide 1,3 hectáreas porque además del campo tiene tres pistas de tenis, tiene un valor catastral de 500.000 euros. Sería difícil encontrar a quien pagase más de cien mil euros por esa extensión calificada como rústica, a no ser que se encontrase algún metal precioso que poder recoger del suelo. Pero ese es ahora el valor según los cálculos de Hacienda para el suelo rústico, hecho con criterios del IBI urbano, tal como denuncia el PSOE.

Y el porcentaje que le aplica el Concello de Cospeito es del 0,53%, con lo cual la cuota anual de IBI rústico es de 2.770 euros. Los concellos pueden aplicar el porcentaje que quieran, sobre todo a una sociedad deportiva y sin ánimo de lucro, que podría ser incluso gratuito, pero por el momento esa es la cifra que tiene que pagar el club de Muimenta, de segunda regional, que hasta este año pagaba unos 80 euros.

La ley podría permitir incluso aplicar la subida retroactivamente a los últimos cinco años, con lo cual el club de Muimenta podría verse obligado a pagar casi 15.000 euros al concello.

Cantidades que se multiplican por cinco y que para un pensionista son un gasto respetable

Un jubilado de un municipio cercano a Lugo que hasta el año pasado pagaba por sus leiros unos 15 euros de contribución anual rústica, este año pasó a pagar 70. Y por su casa, que hasta ahora abonaba 34 euros, este año ya son 117. Es decir, pasa a pagar casi 200 euros al año por su casa y sus tierras, que no tienen ninguna producción y que están en su mayoría abandonadas porque él no puede trabajarlas y solo las mejores consigue que se las trabaje algún vecino, pero a cero euros de renta anual.

Además de dispararse la cantidad anual, el principal temor de la mayor parte de los jubilados que viven en el medio rural es que se les aplique retroactivamente la subida de los últimos cinco años, porque en el caso de este jubilado, la cuantía a pagar de atrasos sería casi de mil euros.

Tal como explica la diputada socialista Pérez Herraiz, no parece lógico que los cálculos de la contribución rústica se hagan desde Madrid con criterios de la urbana, porque así salen valores absurdos como el medio millón de euros de una hectárea de terreno rústico en Muimenta, donde está el campo de fútbol. Tampoco es lógico que se paguen como contribución urbana alpendres o pajares que antes se usaban para labores rústicas, pero ahora no pueden tener tal uso por haberse jubilado el titular.