Un panadero de Lugo escribe al Papa tras un «calvario» judicial de 17 años

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

óscar cela

Se considera estafado por una empresa que le vendió maquinaria defectuosa

30 oct 2016 . Actualizado a las 08:34 h.

El Papa Francisco tiene en el Vaticano, entre la numerosa correspondencia que recibe, la carta de un panadero de Lugo en la que le pide consejo y ayuda por considerarse estafado por una empresa que, dice, le vendió maquinaria que no funcionaba. Pasaron ya casi veinte años desde que José Manuel Vila Valín intentó poner en marcha su negocio, consistente en la fabricación de la denominada Tarta de Lugo, pero fracasó en el intento porque el horno que le entregaron no llegaba a cocer adecuadamente. En dos décadas, Vila Valín vivió un calvario de luchas judiciales y de todo tipo. No consiguió que le dieran la razón, pero no quiere darse por vencido. Ahora su caso está en el Vaticano.

«Rogamos a vuestra Beatitutd consejo y ayuda, confiando en su sapiencia y bondad para hacer frente a una dificultad que no logramos superar», dice el panadero en la carta. Vila Valín le recuerda al Papa que en 1999 intentó «poner en marcha una pequeña empresa familiar que tenía como objetivo la elaboración de productos artesanales de pastelería; adquirimos la maquinaria que necesitábamos a la empresa Salva Group por estar considerada como de prestigio en España y, por nuestros recursos económicos escasos, como la mayoría de las personas humildes que inician un negocio, nos propusieron pagar anticipadamente para así conseguir un descuento y aceptamos porque para nosotros, Santo Padre, suponía ahorrar un dinero que nos venía muy bien para arrancar con lo que pretendíamos fuese nuestro modo de vida».

«Y nuestro error fue confiar en la empresa. La maquinaria que nos vendió era deficiente. No funcionaba adecuadamente y ni tan siquiera estaba legalizada correctamente. Nos consideramos estafados», explica en la carta Vila Valín. En enero de 2003, Salva Group explicó que el comprador pasó tres años sin avisar del horno y que el empresario quería resarcirse a su costa, extremos que el afectado rechazó categóricamente presentando documentación y destacando que sí dio cuenta de los problemas a la firma.

«Después de un gran esfuerzo y muchos intentos para que nuestros productos nos salieran bien y pudieran tener hueco en el mercado, comprobamos que era imposible. Descubrimos que los hornos no funcionaban como debían. Contactamos con la empresa y, a partir de ese momento, comenzó nuestro particular calvario. Nuestra lucha en busca de justicia, Santidad, empezó en 1999. Llevamos casi 20 años de lucha y actualmente no conseguimos nada, pero no desistimos porque creemos firmemente que tenemos la razón», dice la carta que enviada a Papa.

«Vuestra Beatitud, le rogamos consejo porque gente humilde, como nosotros, choca con personas de gran influencia social y poder económico. Nos han arrebatado el pan. Desde que el proyecto industrial que preparamos con ilusión y esperanza fracasó, nuestra vida económica y material fue destrozada», dice la misiva que fue recibida en el Vaticano hace unos días.

Campaña en las redes sociales

Vila Valín y su familia iniciaron una campaña en las redes sociales para conseguir informar al máximo número de personas y, a la vez, lograr apoyos. A través de change.org recogen firmas para hacer llegar la cuestión al Ministerio de Justicia y también a la Secretaría General de Industria y Pyme.La dirección que presentan para tener apoyo es la siguiente: https://www.change.org/p/ministerio-de-justicia-justicia-ante-una-estafa-de-salva-group-que-me-arruinó-la-vida.

A mayores, tienen el blog http://salva-group-estafa.blogspot.com.es/ Están también presentes en Facebook: https://www.facebook.com/estafasalvagroup/.

En los 17 años de lucha, Vila Valín recurrió a los juzgados, al Ministerio de Industria, al Fiscal General del Estado, a la Xunta y a otros organismos varios. Todos ellos, recuerda el afectado, hicieron caso omisio a la exposición de lo sucedido a lo largo de este tiempo.