Después de un año de obras de restauración de la que será futura sede de Estadística, el inmueble ya luce su nueva cara tras dos décadas de abandono
18 oct 2016 . Actualizado a las 22:50 h.Quedó asfixiado entre dos monstruos de cemento, pero se salvó. Y ahora se hace un lifiting. El viejo sanatorio Portela, que está abonado a la polémica judicial se esta poniendo guapo. Y ya le iba siendo tiempo porque llevaba veinte años abandonado, a pesar de ser una de las pocas muestras de la arquitectura racionalista que sobrevivía en la ciudad.
El hospital no tardará mucho en ser la sede del Instituto Nacional de Estadística porque las obras de rehabilitación, iniciadas en agosto hace un año, marchan a un buen ritmo. Comenzaron con el vaciado y ahora ya está pintada parte de la fachada principal y una de los laterales. En la ejecución de los trabajos fueron respetado los colores originales, no así la estructura del edificio porque desapareció un tejadillo que servía de vivienda para las monjas que atendían a algunos enfermos que pasaron por las instalaciones de este centro del Doutor Portela.
El hospital debe parte de su existencia al que es ahora fiscal jefe de Andalucía, Jesús García Calderón. Cuando desempeñaba en Lugo tuvo que hacer varios movimientos para que quienes pretendían dejarlo convertido en escombros para luego construir pisos de alto nivel sobre su solar se asustaran. Y, tras diversos avatares, el centro hospitalario que diseñó el arquitecto lucense Alfredo Vila, cayó en manos de la jueza De Lara que investiga la compra realizada por parte del INE, alguno de cuyos directivos está investigado.
El inmueble tiene una planta baja y dos altas. Estas últimas serán utilizadas para las oficinas del citado organismo que en la ciudad lucense estuvo siempre de prestado, últimamente en la Ronda da Muralla y encima de Valentino. En la zona de abajo será habilitado un salón de actos.
En cuanto al exterior, los planes iniciales pasaban por dejar una pequeña zona ajardinada como la que tuvo el centro durante sus primeros años de funcionamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue dotado con el cierre que se conservó hasta la actualidad.
La empresa que realiza los trabajos ya colocó los ventanales de aluminio, rehabilitó los tejados y ahora tiene casi completada la primera mano de pintura, que es la tarea que más llamativa resulta al público que se encuentra con un edificio brillante aún cuando quedó encajonado en la zona. Las obras externas podrían estar completamente terminadas en la próxima primavera.