¿El prestigio gastronómico de Lugo en manos de quien lo puede estropear?

josé Fernández LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Protestas de numerosos comensales por las desatenciones de que fueron objeto en el día de ayer

06 oct 2016 . Actualizado a las 22:51 h.

«Aí vos queda todo». Así de contundente se mostró ayer un vecino de Ponteareas que acudió con varias personas a la caseta de Manolo de Marce y no consiguió que le sirvieran el pan. Los afectados reclamaron con insistencia que completasen la atención, incluso obteniendo la colaboración de personas ajenas a los visitantes pero, después de esperar bastante tiempo, no lo consiguieron. Finalmente optaron por abandonar de inmediato el establecimiento.

En una de las casetas de Irimia, un grupo de mujeres pasaron un largo tiempo plantadas en una mesa sin que les sirvieran el pulpo. Lo reclamaron en varias ocasiones, pero no consiguieron el objetivo. Incluso pidieron la presencia de una camarera a la que expresaron su queja. Finalmente lograron que les llegara el producto, pero en platos que tenían más raciones de las que habían solicitado.

Otro grupo de personas que fue a la Bruxa, entre las que figuraba algún profesor de instituto, esperaron también mucho tiempo para conseguir que les pusieran servicios en la mesa, después de tener el pulpo ya servido. Y eso que en muchas ocasiones el adjudicatario, Javier Irimia, se encargó de hablar personalmente con los clientes de muchas mesas.

Jubiladas de A Coruña que acudieron a las casetas dijeron que no se habían sentido bien tratadas cuando preguntaron si tenían sitio. Les contestaron, al parecer, con desgana y desinterés que las dejaban hasta las dos y media y luego, pista.

Este tipo de desatenciones, e incluso la deficiente resolución de las incidencias, obliga necesariamente a preguntarse si el prestigio gastronómico de Lugo, ganado a pulso por decenas de hosteleros de la ciudad, puede estar en manos de quien lo podría estropear. Ofrecer una mala atención al público daña terriblemente no solo la imagen de la ciudad sino que, en este caso, salpica a unos tradicionales festejos que están declarados de interés turístico nacional.