El historiador Enrique Montenegro pide excavaciones en el entorno de Bóveda y del castro de Corvazal
22 jun 2016 . Actualizado a las 21:24 h.«Estoy convencido de que el siguiente gran descubrimiento sobre el Imperio Romano será en el valle del Mera». Así lo afirma el historiador Enrique Montenegro, autor de la tesis doctoral sobre Santa Eulalia de Bóveda. Eso sí, para que esta aseveración se cumpla se tienen que dar dos factores: uno que existan restos arqueológicos y dos, que las Administraciones lideren proyectos de prospección arqueológica. Montenegro, en su conferencia dentro del ciclo Lucus Cultural, animó al Concello de Lugo a dar el paso. «Todo este valle es digno de estudio, porque sabemos para qué se construyó Bóveda, pero qué hacía en este lugar? Es un monumento majestuoso y lo pusieron en el lugar que quisieron».
Las últimas investigaciones y hallazgos casuales pusieron en valor todo el entorno del templo funerario dedicado al dios Dioniso y además aclararon la romanización de toda la zona. Un miliario dedicado a Calígula en el año 40, localizado a 5 kilómetros al suroeste, cerca de Santa María de Retorta, en un tramo cercano a la Vía XIX. También destaca la conocida como estela de Crecente (que se puede ver en el Museo Provincial), localizada a 4 kilómetros, también al suroeste, con un relieve del siglo I donde aparece una familia indígena pero ya romanizada. A principios del siglo XX, unas obras de servicios en la aldea de Bóveda pusieron al descubierto los restos de una calzada romana, aunque con una conservación escasa: apenas 70 centímetros, por 3,25 metros de ancho.
Montenegro y otros especialistas siempre se preguntaron sobre la funcionalidad de esta vía. En la actualidad casi se da por asegurado que había una vía secundaria entre Lugo hasta el campamento de Ciadella, en Sobrado dos Monxes, y que luego podría tener continuidad hacia Brigantium. El citado campamento militar, donde se ubicaban 500 soldados de la Cohors I de los Celtíberos, posiblemente, según los arqueólogos que trabajaron en su excavación, controlaba la comunicaciones entre Lucus Augusti y Brigantium.
Pero quizás la presencia más destacada para poner en contexto el templo de Santa Eulalia de Bóveda es su proximidad, a solo 500 metros, del Castro de Corvazal. El folclore popular siempre dijo que además está unido a través de un túnel y un canal de agua, algo que los estudios lo descartaron. Eso sí, las semejanzas entre la fuente y el templo de Bóveda se encuentran en su construcción y forma de control del agua, lo que hace pensar en la relación cronológica entre el castro, del siglo I, y el monumento funerario. Aunque ya se hicieron excavaciones a finales de los años 80, Montenegro pide que se amplíen, usando además nuevas tecnologías que se disponen en la actualidad. Quizás, de esta forma, aparecerá ese gran hallazgo del que hace referencia el historiador. Mientras, se pide que se amplíe el área de protección BIC de Bóveda hasta el citado castro y que se acondicione y se restaure la famosa fuente de Corvazal, con claras evidencias de que estuvo relacionada de alguna forma con la cripta de Santa Eulalia.