El ganso de una necrópolis de Roma similar al de Santa Eulalia de Bóveda

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

La arquitectura, la epigrafía y los frescos del templo lucense en honor a Dioniso se encuentran en otros lugares del Imperio

25 nov 2016 . Actualizado a las 12:53 h.

El enigma sobre el significado de Santa Eulalia de Bóveda quedó aclarado este año con la presentación de la tesis doctoral que tras más de tres lustros de investigaciones defendió Enrique Montenegro Rúa. Esta semana presentó una parte de su trabajo a la sociedad lucense y a un buen número de especialistas. Su exposición de datos, informes, fotografías y textos inéditos fue tan abrumadora que difícilmente se puede rebatir su tesis: Santa Eulalia de Bóveda fue un templo funerario dedicado a la divinidad de Dioniso.

Como explicó Montenegro en otras ocasiones, para poder defender la primera tesis sobre un monumento tan admirado por los arqueólogos e historiadores de Europa fue necesario conocer todas las interpretaciones que se fueron sucediendo desde que se descubrió, especialmente a partir de 1926, cuando comenzaron las primeras excavaciones. Buena parte de esas propuestas se hacían en base a las visitas y a la relación con otros hallazgos, pero a nadie se le escapa que había limitaciones.

En su exposición en Lugo, demostró con abundante documentación -solo posible tras viajar, bucear en archivos y cotejar con estudios sobre diferentes aspectos del Imperio Romano- que hay base sólida y suficiente para aclarar y despejar las dudas de si era un templo paleocristiano, un ninfeo relacionado con la curación de enfermedades, un templo funerario o un lugar de culto pagano. Su tesis a favor de un templo funerario en honor a Dioniso la pormenorizó en los tres aspectos sobre los que se construyó Bóveda: su arquitectura, su epigrafía y sus pinturas.

arquitectura

Pocas, pero algunas pistas. El templo fue usado o por lo menos se podía acceder a él hasta mediados del siglo XVIII, con lo que hubo muchas alteraciones y quedaron pocas huellas y ni rastro de huesos. Aun así, Montenegro mostró que en la escalera de acceso a la excavación, en 1926, había una estela funeraria y una de las inscripciones es un canto poético funerario. Luego, dijo, hay ejemplos de templos en el sur de Rusia y en Siria con la misma arquitectura: pequeño atrio, bóveda, orcinas con bóveda, estructuras y fachada. En la misma Vía Appia de Roma existen grandes tumbas con ventanas. O en la Vía Latina de Roma otros templos con pozos y ninfeos con una estructura interior igual a Bóveda, con estuco arriba y mármol abajo (tumba Valerii). O una tumba de un matrimonio en Pompeya que tenía ventanas, similares a las de Santa Eulalia. Incluso, puso sobre la mesa el testamento de Lingón, en la Galia, donde se dejaba por escrito cómo quería ser enterrado, un monumento para preservar la memoria para conseguir la eternidad con características similares a Bóveda. En España, el templo de Fabara (Aragón) tiene similitudes.

relieves

Varios casos en Roma. Son varios los ejemplos en el Imperio, en la misma fachada de la Necrópolis Vaticana ya se ve el relieve de una perdiz. O en la Necrópolis di Porto Isola Sacra donde se muestran escenas de la vida cotidiana como se hace en Bóveda. Incluso una piedra reutilizada en la iglesia del Santo Cristo en Clunia (Burgos) ofrece similitudes.

las pinturas

Aves y vides. Montenegro dejó claro que la representación de aves, como las que se pueden ver en Bóveda, se hallan en numerosos templos funerarios «al ser valoradas en la época romana por su exotismo». Mostró abundantes ejemplos de aves en templos en honor a Dioniso y su madre, Perséfone. Son animales «que daban seguridad aquí y en el más allá». Así, enseñó pinturas en tumbas de Jordania o en la misma Necrópolis Vaticana, con un papagayo en un nicho. Pero el momento más esclarecedor fue cuando mostró los deteriorados frescos del Columbario III de Vigna Codini en Roma, una enorme necrópolis a la que pocos pueden acceder. «Te encuentras un vergel, un paraíso de vegetación y aves». Y entre ellas, un ganso igual al de Bóveda, lo cual ya demostraría que el monumento lucense fue funerario, y su vinculación con Dioniso vendría de toda la iconografía relacionada con la vid, «cultivo que dominó Dioniso» y que quedó reflejada en numerosas tumbas dedicadas en su honor, llenas de vides.

«Templos como Bóveda se hacían para preservar la memoria y conseguir la eternidad»