Los dos letrados se reunieron ayer por primera vez para analizar las falsas acusaciones y las críticas personales
03 may 2016 . Actualizado a las 11:57 h.El abogado madrileño Cándido Conde-Pumpido y la letrada lucense Esperanza Ferreiro Abelairas se reunieron ayer en Lugo aprovechando que el primero de ellos hizo un viaje familiar a Galicia, por ser puente festivo en Madrid. Conde-Pumpido, de camino de vuelta a la capital madrileña, decidió pasar por Lugo para ponerse en contacto con su compañera Esperanza Ferreiro Abelairas después de que la asociación en defensa del Parque de Rosalía les hubiese nombrado y citado con sus nombres propios en un recurso que acaba de presentar dicha asociación para intentar que no prosperen las recusaciones de la jueza Pilar de Lara.
En el recurso que presentó esta asociación, y que parece estar hecho por un abogado ourensano, cita a la letrada lucense y al madrileño y trata de relacionarlos a través de dos casos que en realidad fueron diferentes tanto en el tiempo como en la jueza instructora que los llevó.
Ambos letrados se conocieron hace dos semanas, y personalmente todavía se encontraron ayer por primera vez, dijeron. El hecho de que en el escrito firmado por el abogado ourensano se les cite con nombres y apellidos constituye una irregularidad, porque está prohibido deontológicamente, ya que solamente se hace referencia al abogado como «de la acusación, de la defensa o de la otra parte...», pero nunca por el nombre de pila. Además en el recurso cita al padre de Conde-Pumpido y utiliza términos despectivos como «madrastra» y otros adjetivos, todo ello también impropio de un trabajo jurídico, consideraron los dos abogados que se reunieron ayer en Lugo.
Por otra parte, en el recurso de la asociación del Parque Rosalía también se ataca el trabajo de Esperanza Ferreiro en el caso de las multas de Tráfico, a pesar de que a su alegato se adhirieron un total de 18 abogados, los de todos los acusados en el caso de las multas. El alegato de Esperanza Ferreiro Abelairas fue el que sirvió para anular la instrucción.