«El accidente no frustró mi pasión por Tráfico»

tania taboada LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

José Ramón López Iglesias, un veterano agente lucense que presta servicio en carretera y en helicóptero, propuesto para una medalla

02 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Acaba de ser propuesto para la concesión de la medalla al mérito de la seguridad vial 2016. No sorprende a los que le conocen porque su brillante currículum y trayectoria profesional justifica con creces el galardón. José Ramón López Iglesias (Lugo, 1964) es toda una institución en el subsector de Tráfico, aunque él resta importancia a sus méritos e insiste en que lo suyo es vocación por el trabajo. «Realizo mi labor desinteresadamente porque me apasiona lo que hago. Nunca he pedido nada pero reconozco que esta propuesta me llena de satisfacción», dice emocionado. Hombre de calle, bien sea a pie de asfalto o a vista de pájaro, detesta realizar labores burocráticas. La oficina solo le motiva para repasar las actualizaciones de las leyes. Y es que de López Iglesias destaca su amplio conocimiento y dominio en legislación. Tanto es así que el hecho de que tenga memorizados en su cabeza los artículos del reglamento, hace que muchos recurran a él cuando le surgen dudas. Además, es el único agente lucense que presta servicio de vigilancia de tráfico desde el helicóptero de la DGT. Lo hace desde febrero de 2002 y pese a sufrir un grave accidente en mayo de 2004 en las inmediaciones de Calde, sigue volando. «Viajábamos el piloto, la mecánica de vuelo y yo. A pesar de que los tres salimos ilesos, fueron momentos de pánico. Eran las 11.40 de la mañana y nos deslumbró el sol en el momento en el que íbamos a tomar tierra. No percibimos la línea de media tensión y las palas del helicóptero cortaron dos cables. Notábamos como el helicóptero perdía estabilidad y empezaban las vibraciones», recuerda López Iglesias, quien volvió a subir al vehículo con total normalidad. Su primera toma de contacto con el helicóptero comenzó coordinando desde el cielo las patrullas en tierra. Por aquel entonces no existían las cámaras. Si había infracción, él se encargaba de denunciar. «Ahora tenemos cámara y más autonomía. Las infracciones de velocidad se envían al centro de tratamiento de denuncias de León a través de un programa», explica este lucense, quien puntualiza que el resto de las denuncias no se envían sino que las redacta y las adjunta en un boletín con una foto.

Toda una vida en Tráfico

A sus espaldas están miles de auxilios y anécdotas positivas; pero también está la parte más gris, como son numerosas muertes, entre las que se encuentran incluso compañeros de trabajo. Y es que José Ramón es el agente en activo y en Tráfico en carretera más veterano de Lugo. De los 33 años que lleva en el cuerpo, 29 son en el subsector de Lugo en la modalidad de motorista, una labor que realiza con la misma ilusión, dedicación y esfuerzo que el primer día. La vocación por Tráfico le viene de familia. Su padre ejerció de conductor de automovilismo y su tío era motorista. Su primer destino como Guardia Civil fue Santoña. Hasta tal punto era su obsesión por la normativa que en sus días libres estudiaba el código de circulación. En febrero de 1985 hizo el curso de Tráfico. Aprobó y le tocó como destino el País Vasco. Estuvo un año en Galdákano y tras una buena experiencia se fue a Martorell, donde estuvo seis meses. Estando en tierras catalanas solicitó como destino Lugo. En febrero de 1987 llegó al Destacamento de Tráfico de Baralla realizando labores de Tráfico y motorista. En cuanto a labores de auxilio recuerda historias como la ayuda a un matrimonio Tejano tras un temporal en Piedrafita. También conserva muchas muestras de agradecimiento por su labor prestada, como una foto del portaaviones príncipe de Asturias. Y como buen agente, también fueron muchas las veces que ha inspeccionado y denunciado infracciones. «Hoy te auxilio y mañana te corrijo, posiblemente para intentar salvar una vida. Hago un trabajo para y por la sociedad», explica este agente, quien tras denunciar una infracción explica al conductor, con reglamento en mano, el punto que ha incumplido. José Ramón es una enciclopedia andante y un obsesivo en comunicar exactamente la normativa. «Esta función requiere actualización, y tanto en seguridad vial como en transporte hay que adaptarse a los tiempos. Tienes que tener conocimiento de la norma porque te lo exige el trabajo. Ser Guardia Civil es como ser médico de familia. Requiere saber un poco de todo antes de especializarse en alguna materia. Si soy especialista en seguridad vial tengo que tener conocimiento en esto», manifiesta.

A este agente humilde, alegre y que intenta transmitir positividad, se unen muchas horas de esfuerzo, entrega y constancia pero sobre todo, auténtica vocación por su trabajo. De ahí, la propuesta para recibir la medalla al mérito de la seguridad vial 2016.