«Si vendemos más de 10 unidades, montaremos una línea de ensamblaje»

d.c. lugo / la voz

LUGO CIUDAD

01 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel Pérez-Pujanzón participó ayer en las jornadas organizadas por la Politécnica. Intervino para explicar cuáles son los planteamientos de Indra, la empresa de la que es director general y que es uno de los socios de la Xunta en el desarrollo del proyecto de Rozas. Según explicó, todavía están negociando el contrato. Confían en que esté listo en abril, para poder empezar a trabajar en el aeródromo lucense a partir del verano, tanto esta empresa como las subcontratas. El compromiso de creación de puestos de trabajo es de 200, según dijo.

«Nuestro compromiso -señaló- es estar en Galicia cinco años, pero vamos a estar diez. Todo dependerá de cómo marche el negocio. Es algo en lo que creemos, que está empezando y que no sabemos cómo va a terminar». «En mi empresa -dijo- estamos invirtiendo en ello y coincidimos con la visión de la Xunta».

Indra, multinacional de capital español, se marcó como objetivo convertir una aeronave tripulada en no tripulada. «El truco está en elegir la plataforma -dijo- y nosotros buscábamos algo de bajo coste y encontramos el P20GT italiano, que voló en 2010 por primera vez». «Todo lo que hace el piloto abordo -añadió- tenemos que hacerlo desde tierra, a través de una estación de control».

Según el director general de Indra, el coste por hora de vuelo de un avión no tripulado es muy inferior a otras posibilidades por lo que instituciones como la Dirección General de Tráfico está valorando sustituir el helicóptero de las multas

Pérez-Pujanzón explicó a su auditorio que buscaban convertirlo en un avión de vigilancia, pensando en la marítima: pesca inmigración ilegal y narcotráfico, fundamentalmente. Según dijo, el paso que darán en Lugo, es convertir el Targus en no tripulado. En Rozas tienen previsto realizar pruebas en tierra y pruebas en vuelo. Según los plazos marcados, a partir del 2018, empezarán con las certificaciones.

Ensamblaje en Rozas

«Hasta el 2021 vamos a estar en Lugo contractualmente. En el 2018 llegamos a las certificaciones pero a partir de ahí hay que hacer una gran cantidad de trabajos para determinar la utilidad de la plataforma». Este trabajo, según explicó, requiere tiempo de pruebas y de validación.

«Nuestro compromiso -dijo- es que si conseguimos vender más de 10 unidades pondremos una línea de ensamblaje en Rozas». Explicó que uno de los compromisos asumidos fue el de construir un segundo hangar. «Lo vamos a dimensionar -añadió- pensando ya en la línea de ensamblaje».

«Inicialmente -apuntó Pérez-Pujanzón- vendremos con nuestros ingenieros, pero los acabaremos sustituyendo por otros de la comunidad». También confirmó que trasladarán a Galicia toda la actividad que realizan con aviones no tripulados. «Una de las reglas de GAIN (Axencia Galega de Innovación) fue que no podíamos aportar como activos proyectos ya subvencionados. Tenemos dos, uno es un helicóptero». Indra desarrollará en Galicia también un vehículo marino no tripulado, que permitirá recoger muestras.