Asentada en la gélida Islandia

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

En un viaje de regreso desde Reikiavic, Valal pudo contemplar la aurora boreal en primera persona.
En un viaje de regreso desde Reikiavic, Valal pudo contemplar la aurora boreal en primera persona.

La jugadora lucense vive en la pequeña Neskaupstadur, la cuna del voleibol de la isla nórdica

30 mar 2016 . Actualizado a las 12:00 h.

Islandia se está convirtiendo en un foco de atención de jugadoras de voleibol lucenses. Nuria Bouza retomó la actividad en pista hace unas semanas para hacerse con el título nacional con el Aftureding. Pero, antes, su prima Valal se había instalado en la pequeña localidad de Neskaupstaður. Allí ejerce no solo como practicante en activo, sino también como entrenadora.

Después de vivir varios meses en el hemisferio sur, Valal ya ha echado raíces en Islandia. «Neskaupstaður tiene 1.500 habitantes y está situado en los fiordos del este. El aire que se respira es increíblemente limpio y el agua es muy pura porque baja directamente de las montañas», relata.

A pesar de que Islandia posee la fama de ser un país gélido, Valal confiesa que «no es tan malo como esperábamos». «El peor día fue en Navidades, en Geysir, cuando estuvimos a dieciséis bajo cero», relata.

Rodeada de patos, focas o gaviotas, también ha entrado en contacto con renos algunos días del invierno. Y ha tenido la posibilidad de visitar algunos de los lugares más espectaculares de la isla. Entre todas las estampas que ha visto, una de la que más le ha llamado la atención es la de las auroras boreales: «Un día volviendo de Reikiavik por la noche, tuvimos un espectáculo de unas tres horas que nos tenía alucinados. No tiene nada que ver con lo que se ve en las fotos, porque en ellas no se aprecia lo mucho que se mueve».

Valal Jugadora de voleibol