El lucense que cultivó la amistad de Johan Cruyff

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Durante una temporada, Santos viajó cada fin de semana para ver los partidos del Barcelona

29 mar 2016 . Actualizado a las 12:41 h.

Eladio Santos exprimió varios coches persiguiendo a Johan Cruyff. El holandés, la estrella mundial de la década de los setenta, captó su atención cuando recaló en el Barcelona en la temporada 1973-1974. «Ya había oído que era bueno cuando estaba en el Ajax, pero, para mí, fue el mejor de la historia. Era el más completo, lo tenía todo», afirma Santos.

Hasta el punto que acabó cultivando una profunda amistad con El Flaco. «Estuve cuatro o cinco años siguiéndolo. Llegaba el viernes, me subía el coche y me iba al lugar en el que jugase el Barcelona», rememora Eladio Santos. Cuando entablaron contacto, el lucense le comentó que «yo era fontanero y que él era un jugador increíble». «Él se quedaba alucinado con todo lo que yo hacía», explica.

La relación se fue haciendo más profunda. «Después del banquete de mi boda, me subí al coche y me fui a Córdoba, porque el Barcelona jugaba allí. El vehículo tenía el embrague estropeado y, entre partido y partido, lo acabé arreglando en Alicante», señala Santos. A un admirador tan fiel, Cruyff le dedicó una atención especial. «Quedábamos en los hoteles y él me guardaba entradas en el bolsillo. Me las daba a escondidas, porque mucha gente las quería. Y siempre eran de Tribuna», relata.

La expectación que generaba El Flaco era inmensa. «En los campos pequeños, tenían que retrasar el inicio del partido, porque no daba tiempo a acomodar a la gente», recuerda Santos.

Entre viaje y viaje, Eladio entabló amistad con algunos de los compañeros de Cruyff en el Barcelona. «Ellos decían que era un artista con el balón, pero que era todavía más habilidoso con los cigarrillos. Se metía en la ducha con uno en la boca y lo sacaba seco del agua», dice.

Precisamente, la faceta de fumador de Cruyff afectó más adelante a su salud. Hasta el punto de que, cuando regresó al Barcelona como entrenador, tuvo que cambiar el tabaco por los Chupa Chups.

Eladio Santos asegura que le «dolió mucho» conocer el fallecimiento del holandés. «Hace dos o tres meses estuvo en Nadela. Cuando me enteré, fui allí a verlo, pero ya se había marchado», lamenta. La despedida de su ídolo no se pudo concretar como a él le habría gustado.

La descendencia también estuvo marcada por la figura de el holandés

Johan Cruyff tiene tres hijos. El varón, exjugador del Barcelona y de la selección holandesa nacido en 1974, se llama Jordi. Lo mismo que el primogénito de Eladio Santos, que vino al mundo en 1978. Este le comentó a El Flaco que iba a ponerle a su vástago el mismo nombre que él había utilizado cuatro años antes.

El destino quiso que, años después, Eladio Santos tuviese una hija. Su deseo fue que se llamase Chantal, lo mismo que la primogénita de Johan Cruyff. Pero, en esta ocasión, las gestiones matrimoniales no fructificaron. Jordi Santos explica que su madre «le dijo que ya era suficiente y le puso el nombre de Saray».

Herencia culé

Al igual que Eladio, Jordi Santos es seguidor del Barcelona. Una experiencia que, según él mismo comenta, no era sencilla cuando acudía al colegio. «Entonces, casi todos mis compañeros eran del Real Madrid. En aquel entonces, la Quinta del Buitre marcaba la pauta en el fútbol nacional», rememora.