«Enhorabuena Manolo, eres académico»

tania taboada LUGO / LA VOZ

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Manuel Yáñez en su despacho de la la cátedra de Física Universidad Autónoma de Madrid.
Manuel Yáñez en su despacho de la la cátedra de Física Universidad Autónoma de Madrid.

Este lucense catedrático de Química en Madrid trabajó con un premio Nobel en USA

26 feb 2016 . Actualizado a las 12:00 h.

Manuel Yáñez (Lugo, 1948) es el segundo lucense en la Real Academia Española de las Ciencias. Su trayectoria profesional empezó en el Instituto Masculino de Lugo, donde estudió bachillerato hasta el año 1965. Después se trasladó a Santiago de Compostela donde estudió Química. Licenciado en 1970, hizo su tesina de licenciatura con el profesor Miguel Ángel Ríos. En septiembre del mismo año se trasladó a Valencia para trabajar en la Universidad laboral de Cheste y simultáneamente empezó a preparar su tesis doctoral.

-¿En dónde lo cogió la noticia de que es miembro de la Real Academia de las Ciencias?

-Estaba de vacaciones en Galicia. Visitando Ribadavia y haciendo una excursión al Monasterio de Melón. Recibí un mensaje de una académica informándome.

-¿Qué decía ese mensaje?

-«Enhorabuena querido Manolo, desde ayer eres académico». ¡No daba crédito!

-¿Cómo recibió esa noticia?

-La recibí con gran sorpresa porque no sabía ni que me habían propuesto. Mi ego se sintió muy bien porque me estaban considerando un científico relevante. Que te elijan para formar parte de la Real Academia implica un reconocimiento a una labor no a un hecho esporádico.

-¿Cómo empezó su contacto con la capital de España?

-En el año 1971 se inauguró la Universidad Autónoma de Madrid y a mi profesor -José Ignacio Fernández Alonso- le ofrecieron la Cátedra de Física. Me invitó a que fuese y acepté.

-¿Se puede decir que fue entonces cuando se inicia su trayectoria profesional?

-Sí. En 1973 terminé la tesis y en

septiembre del año 1974 me fui a

Carmelle, a Pensilvania, para trabajar como postdoc. Aquí trabajé con John Poppell a quien en 1998 le concedieron el premio Nobel.

-¿Qué significó para usted trabajar con John Poppell?

-Fue una gran suerte y ventaja. Era un gran investigador y profesor. Estuve con él hasta el año 1976 que regresé a la Universidad Autonóma. La experiencia fue maravillosa.

-Y su trayectoria en la Univer

sidad Autónoma de Madrid, ¿cómo empezó?

-Me habían dicho que existía la posibilidad de que la Universidad hiciese contratos. Tres años después aprobé las oposiciones para ser profesor adjunto y en el año 1981 fui profesor agregado.

-¿Qué cargos desempeña dentro de esta Universidad madrileña?

-En el año 1983 pasé a ser ca

tedrático. En esta Universidad permanecí como director del departamento de química y del centro de computación científica.

-¿Qué otras funciones está desempeñando en este centro universitario?

-Sigo siendo Catedrático en la Universidad Autónoma y continúo impartiendo clases de investigación. A mayores trabajo con la gente de mi grupo (investigadores), con grupos en Canadá, Estados Unidos, Chile... Sigo impartiendo clases y dirigiendo un grupo de investigación.

-¿Salieron de aquí grandes profesionales?

-Sí. De aquí salieron científicos de gran relieve. Tales como Fernando Martín y Leticia González. El primero recibió el premio Juan Carlos I al mejor investigador menor de 40 años y luego el premio Real de sociedad de química. En cuanto a Leticia, es Catedrática en la Universidad de Viena desde hace tres años. Se fue a Berlín después de acabar la tesis conmigo.

-¿Desempeña, a mayores, alguna otra función?

-Otra de las funciones que desempeño es la de coordinar un Máster europeo en Química teórica y trabajo con 12 universidades europeas en un doctorado. También viajo mucho por varios países donde imparto numerosas conferencias.

-¿Cuántos premios acumula?

-Recibí varios galardones de investigación como el de la Real Sociedad Química o el premio Betancourt del Gobierno francés.

-Siendo usted tan polifacético y llevando a cabo tantos trabajos ¿se olvidó de sus orígenes o visita con frecuencia Lugo?

-Voy a Lugo habitualmente. Tengo a mi hermano residiendo en la ciudad de la muralla. Él desempeñó la función de padre porque me quedé muy joven huérfano. En Lugo también viven muchos de mis amigos. Es una ciudad de la que guardo mucho cariño.

-Y en cuánto a trabajo, ¿organizó alguna vez algo en Galicia?

-Sí. En el año 2011 organicé el Congreso Mundial de Química en Santiago de Compostela porque era algo especial. Fue el congreso más exitoso de una serie de conclaves que se iniciaron desde el año 1987.

-¿Mucha asistencia?

-Sí. Batió todos los récords. Congregó a 1.350 investigadores de 65 países y obtuvo un 60% más de participación que los demás actos de estas características. Se llevó a cabo en el Auditorio de Galicia y en Medicina.

«Estaba en Galicia de vacaciones cuando supe que iba para la Academia de Ciencias»

«Fue un auténtico privilegio trabajar con John Poppell, que después fue premio Nobel»

«Vengo a Lugo con frecuencia a ver a mi hermano y a amigos; es una ciudad que aprecio»