Lugo evita los «aparca papás» que frenaron los atascos en otras ciudades

Xosé Carreira x. c. lugo / la voz LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

En Vigo los crearon en varios centros educativos y en Getafe aumentaron las plazas

16 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo los tiene. Getafe los incrementó espectacularmente en los últimos años. Numerosos municipios españoles crearon las denominados «aparca papás». Se trata de lugares en los que los padres, cuyos hijos no van caminando a los centros educativos, puedan estacionar brevemente para recoger y dejar a los jóvenes pasajeros. En Lugo no hay medida alguna y lo que funciona es el atasco porque los padres tienen, hasta ahora, preferencia sobre el resto de usuarios de las vías, incluso sobre quienes usan el transporte público.

Hubo algún tiempo en el que parece que la Policía Local tuvo órdenes para permitir el estacionamiento durante un máximo de diez minutos siempre y cuando no se alterase el paso de los demás vehículos, pero ayer no fue posible conocer en el Ayuntamiento si esa medida estaba vigente o no. En cualquier caso es la que aplican algunos municipios españoles, pero con extremo rigor. En algunos sitios, los agentes van dotados de una cámara que registra la hora de estacionamiento de cada vehículo y una vez que se acaba el tiempo, el conductor ha de salir. En caso contrario será sancionado.

Vigo ensaya desde hace medio año un plan para acabar con los agudos atascos de tráfico que también se producen a la entrada y la salida de los colegios. En la ciudad olívica sí que crearon «aparca papás» o «aparca familias». Habilitaron una serie de plazas en zonas próximas a centros educativos que únicamente pueden ser utilizadas por familias de los alumnos.

El plan comenzó el pasado verano de forma experimental en cuatro centros educativos, dos públicos y dos privados. Delante de todos ellos colocaron señales que prohíben aparcar por las mañanas entre las ocho y cuarto y las nueve y cuarto y de una y media a dos y media. Durante es tiempo esas zonas son exclusivamente para los papás.

Para empezar, en Vigo reservaron una docena de plazas de aparcamiento delante de cada centro escolar y la Policía Local controló activamente su funcionamiento. El plan era ir extendiendo paulatinamente los «aparca papás» al resto de los centros educativos de la ciudad.

Getafe triplicó este tipo de aparcamientos en muy pocos años al comprobar que era una solución para acabar con los habituales atascos que formaban los padres que llevaban a sus hijos en coche a los centros educativos.

Otras ciudades, pocas por el momento, crean y potencian los aparcamientos familiares en zonas comerciales. Habilitan plazas más amplias que permiten a los padres sacar del coche las sillas de bebé. Incluso tienen espacio para poder cambiar de ropa a los pequeños en caso de que lo necesitaran.

Hay una leve mejoría en Ramón Ferreiro. Lo que hace días supuso un trayecto de 16 minutos de duración en coche, ayer se convirtió en diez menos. Y es que alguien mandó a la Policía Local que tomase cartas en el asunto. Aunque queda mucho por mejorar, por lo menos fue garantizada la salida de los autobuses interurbanos que habitualmente quedaban bloqueados en José Viador. Un agente se ocupó de facilitar el tránsito en el cruce con la controvertida avenida que siguió estando copada de coches mal aparcados.

El colmo de los colmos fue el caso de un Renault Scenic. Su conductor lo aparcó en medio del carril izquierdo de la avenida, a la altura del Gadis, casi en una esquina y allí lo dejó. Debió hacerlo posiblemente alrededor de las dos de la tarde. Todo apuntaba a que era de un papá que se demoraba más de la cuenta en traer a su hijo. Pasaba el tiempo y ni aparecía ni niño, ni papá, ni tampoco un guardia.

Cuando el vehículo llevaba en el lugar entorpeciendo el tránsito catorce minutos apareció el conductor. Aprovechó el ratito y el aparcamiento para hacer la compra. Llegó con dos bolsas y unos cartones. Abrió, encendió y marchó.

Y Ramón Ferreiro seguirá así mientras nadie se tome en serio el asunto del tráfico en Lugo. De momento no hay constancia de que las multas llegaran a quienes aparcan irregularmente en el tramo del instituto y Maxisterio. Ni tan siquiera para quienes copan el carril del semáforo con toda normalidad. Las primeras sanciones fueron para los de María Auxiliadora. Algún padre ya se pregunta por qué a ellos sí a los al lado no.

El plan, de momento, parece pasar por hacer visible a la Policía Local en la zona. Ayer fueron dos los vehículos que circularon en torno a las dos de la tarde. Desde el Concello aseguran que las medidas, que corresponden a la alcaldesa, que es la que tiene competencias de tráfico irán llegando poco a poco. El jefe de la Policía Local, dicen en el consistorio, no concede entrevistas.