Un viejo hostal de la estación, reconvertido en sede gallega de una empresa de diseño

dolores cela texto, óscar cela foto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Cement Design reforma sus oficinas, respetando elementos del bar

29 nov 2015 . Actualizado a las 14:04 h.

Cuando Martín Villamor, gerente de Cement Design, una empresa que se dedica a la distribución e instalación de revestimientos decorativos, buscaba en Lugo un local para instalarse en Galicia, vio el edificio del antiguo hostal París, en la plaza de Conde Fontao y ya no pudo dejar de pensar en él. Fue un amor a primera vista. Tenía un caído cartel de «se vende», con un teléfono en la fachada. Llamó, lo recorrió por dentro y, pese al estado de deterioro en el que se encontraba, vio claramente que aquel local era lo que buscaba su empresa para expandirse por la zona Noroeste. Los otros tres bajos que tenía en cartera pasaron a un segundo plano, para centrarse en la negociación del alquiler del bajo. Le encargó el proyecto al arquitecto Juan Tejedor, que lleva 20 años trabajando para el grupo Inditex.

La compañía, a cuyo frente en Lugo está Luciano García, como director comercial, pretende abrir sus oficinas y almacén en el primer trimestre de este año. Lo hará en el antiguo París, que cerró hace más de diez años y que en tiempos también fue un prestigioso hostal, que creció al amparo de la estación de tren y de su importante movimiento de viajeros, hoy en pleno declive.

Estilo vintage

Cement Design está aprovechando una parte del mobiliario, que aporta a la estancia un estilo vintage, muy acorde con el edificio y con la zona, como una mesa de dominó, de mármol, que encontraron todavía con las fichas encima cuando entraron por primera vez en el edificio.

El resto de la decoración está basada en los revestimientos decorativos que comercializan ellos y que aplicaron al café, a los baños y a la cocina. La ambientación la completaron con otras piezas adquiridas en tiendas de viejo de Portugal, entre ellas sillas y un juego completo de maletas que les servirán para la ambientación navideña.

La decoración interior -respetaron el sitio de la barra del antiguo café, aunque es de nueva factura- llama la atención desde la calle. Varias personas entraron en el edificio dispuestas a tomarse una consumición, pensando que lo que está en rehabilitación es una cafetería y no una oficina. La impresión, según pudieron constatar Martín Villamor y Luciano García, fue muy favorable y hubo hasta una mujer que, aún consciente de que aquello era un lugar de trabajo, no pudo resistir la tentación de entrar y sentarse en uno de los antiguos sillones del hostal.

El objetivo de Cement Design es utilizar el local, situado frente a estación de tren, cuya cantina montaron ellos, como escaparate de cara a sus clientes. Cuenta con delegaciones en 38 países y con compradores en buena parte del mundo, que esperan atraer a Lugo con su singular proyecto, que a su vez están utilizando como campo de pruebas de I+D+i.

Una vez que esté totalmente rehabilitado el bajo del antiguo París, tienen previsto ofrecer este espacio a los arquitectos con los que trabajan para que puedan mostrar s sus clientes el efecto de los materiales y de sus acabados en paredes, suelos, cocinas o baños, en lugar de en los aburridos muestrarios comerciales.

Otros trabajos

Cement Design lleva trabajando en Galicia ya ocho años. En este último montó 20 locales comerciales, entre ellos siete de Abella, y necesitaba una sede física en la que exponer su catálogo de más de 100 referencias, fabricadas con este tipo de revestimientos de alta decoración y que se adaptan a los diseños de los profesionales.

Tienen su sello también muchas tiendas como la de Purificación García, entre otras, además de casas particulares y otros locales comerciales repartidos por toda Galicia.

crónica el renacer de la plaza de conde fontao

Cement Design montó este año unos veinte locales comerciales, siete de ellos en Abella

Un coche podrido en el almacén

Cement Design aceptó el reto de rehabilitar el bajo de un edificio que llevaba al menos una década cerrado. Según sus responsables, pudo asumirlo porque cuenta con personal en plantilla -16 personas en Galicia- que además de los trabajos que les encargan particulares y empresas, dedicaron parte de su jornada laboral a prepararlo. En el almacén se filtraba el agua, hasta tal punto que el coche que estaba allí aparcado estaba podrido casi por completo. El vehículo no se encuentra allí, pero sí una bicicleta que guardan como recuerdo, colgada de una vigueta, para constatar el esfuerzo realizado a lo largo de los últimos cuatro meses. Fue un reto pero los resultados ahora saltan a la vista. Por poner un ejemplo, el suelo del café, de baldosas de las de antes -el local fue abierto al público en 1920 por Manuel Somoza y su mujer- lo levantaron loseta a loseta y las limpiaron una a una, antes de reponerlas en su sitio. Por debajo la madera estaba podrida por los efectos de la humedad.