«Vivín cun maltratador e pederasta»

tania taboada LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Una lucense revela el calvario vivido junto a sus hijos por su ex pareja. Este miércoles fue el día internacional contra la violencia de género

26 nov 2015 . Actualizado a las 02:07 h.

Tiene poco más de treinta años, es lucense y lleva desde hace más de diez siendo víctima de malos tratos. No solo fue ella quien sufrió este tipo de pesadillas sino que también vio como sus hijos vivieron este trauma. El calvario de esta joven, que prefiere permanecer en el anonimato, empezó a los pocos meses de iniciar su relación, cuando fue víctima de abusos sexuales por parte del padre de su pareja, que residía en la casa del matrimonio. «Mi marido trabajaba por turnos y cuando estaba de noche tenía que cerrar la puerta de la habitación porque una de las personas que vivía en nuestra casa quería abusar sexualmente de mi». Confiesa que tardó meses en contárselo a su marido por miedo. «Non sabía como decirllo. Tiña medo de romper unha familia ou de que se producira unha desgracia». Al final optó por contárselo pero su ex pareja no lo tomó muy en serio y todo quedó en nada.

Un amor a primera vista

Se enamoró siendo muy niña. Se fue a vivir con él y contrajo matrimonio. Tuvo varios hijos con el que consideraba la pareja perfecta. Aquella persona que a priori era maravillosa se convirtió en su peor pesadilla. «Nestes momentos non vexo nin a luz. Arruinoume a vida». Y no solo fue su pareja quien le arruinó la vida sino que la familia política también lo hizo. Tal fue la gravedad de lo acontecido que actualmente alguno se encuentra entre rejas.

Las desconfianzas de esta joven hacia su esposo empezaron porque él estaba constantemente en el ordenador y cuando ella entraba en el cuarto apagaba la pantalla. Imprimía documentos pero ella nunca veía lo que salía por la impresora. Un día se encontró en la papelera fotos de niños desnudos posando y diverso material audiovisual del mismo estilo. «Pedinlle explicacións malia que non había excusa posible despois de ver iso. Negueime a crer o que vira cos meus propios ollos e seguín con él como unha tonta».

Fuera de casa, su pareja era una bendita persona y la imagen que daba era la de ser un padrazo y un gran esposo. Sin embargo, de puertas para dentro era todo lo contrario. Tanto es así, que ella no podía dejar los niños con él. Los llevaba al trabajo a pesar de levantarse de madrugada.

Fin a la relación

La gota que colmó el vaso fue la aparición de una tercera persona un día en la casa del matrimonio. Era alguien que había sufrido abusos por parte de su esposo. A pesar de que él le decía que esa persona estaba borracha, que quería entorpecer la relación, ella apreció una realidad absoluta. A raíz de esa visita empezaron los trámites de separación y comenzaron sus consultas con los psicólogos y psiquiatras. Se estableció un régimen de turnos para ver a los niños. A mayores esta joven empezó a ver que su hija tenía pesadillas, daba muchas vueltas en cama, soñaba y cuando le preguntaba qué le pasaba, ella le respondía: «Nada mamá, quero durmir». Todo así hasta que en una de esas pesadillas la niña gritó «Por ahí no, por ahí no». Finalmente supo que la niña tenía pesadillas con un familiar paterno. Este abusaba de la menor.

Una vida con sus hijos

En la actualidad, esta mujer vive con sus hijos y no está acta para trabajar. Visita con frecuencia el psicólogo y confiesa que por lo único que lucha es por sus hijos. «Non vales nada, non eres nadie. Pregúntome que fago aquí e sinto moita impotencia de non darme conta antes de todo o que pasou».

Dice que su día a día es «unha vida sin vida y un sufrimento total». Piensa en el pasado y manifiesta: «Como senon existira. Non me trataba ben, solo cando estabamos fora. Eu facía todo mal, a miña opinión non contaba». Asegura que si no es por su psicóloga no se separaría. «Senón é por ela ainda estaría así. Sabía que era coma un trapo pero ainda sabendo iso seguía; estaba anulada por completo».

Ahora dice vivir con miedo. «Teño moito medo de que lle faga algo aos nenos. Vivín cun pederasta e cun maltratador. Él é moi frío e quere verme sufrir e a maneira que ten de facerme dano é a través dos meus nenos».

Pide acelerar estos procesos

Con respecto a estas situaciones, esta víctima de maltrato cree que hace falta acelerar estos procesos, sobre todo, cuando se trata de temas de menores. «Estoulle agradecida á xustiza porque saíu todo como tiña que sair pero ainda así, todo ten que ser máis rápido. Estou nunha loita diaria polos nenos, intento estar o mellor posible para que non teñan secuelas. Eles son a miña única ilusión de vivir».