Aquellos manejos de Liñares que ahora se entienden mejor

Miguel Cabana
miguel cabana LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Puso en marcha el plan siendo concejal; lo adjudicó a una empresa que ahora es de su socio y se fue a la Hidrográfica, donde le dio la autorización

25 nov 2015 . Actualizado a las 23:41 h.

En el año 2007, con Francisco Fernández Liñares como concejal y mano derecha de Orozco, se puso en marcha el proceso de adjudicación de la fábrica de la luz a una empresa privada con el objetivo de que lo explotase para la producción eléctrica y al mismo tiempo se musealizase una parte. La empresa Inca, Servicios y Proyectos de Ingeniería Civil fue la concesionaria.

La adjudicación a esta empresa se produjo el seis de junio de 2008, para un período de 38 años a cambio un canon de 5.460 euros al año. El PP decía que se trataba de un negocio nefasto para el concello y se opuso, pero el procedimiento siguió adelante. Un mes después de la adjudicación, a mediados de julio del 2008, Francisco Fernández Liñares dejaba sorpresivamente el Concello y daba el salto a presidir la Confederación Hidrográfica. Desde ese nuevo puesto recibió la petición de permisos para legalizar el proyecto y a lo largo del 2009 concedió la mayoría de los permisos de las obras que se están ejecutando en la actualidad, por ejemplo la construcción de la polémica represa para dejar seco el canal y poder drenarlo con máquinas, a pesar de que a simple vista parece una obra de gran impacto ambiental.

Años después, por la operación Pokemon, se supo que Liñares era socio de un joven empresario lucense, Miguel García-Gesto, al menos en la empresa Artenosa, que explotaba la publicidad en los autobuses urbanos de Lugo.

El 26 de marzo del 2010, Inca firma un contrato privado en el que pretende ceder el contrato de adjudicación de la fábrica de la luz a otra firma, llamada de modo muy parecido, Inca Renovables SL, la cual a su vez dice que tiene interés en vender su participación en el proyecto a García-Gesto. Sin embargo, el Concello de Lugo no permite el traspaso de una empresa a la otra porque en ese momento estaba siendo investigado dentro de la operación Pokemon.

Pero en octubre del 2013, Inca Servicios y Proyectos de Ingeniería Civil entra en concurso de acreedores y se aprueba el convenio por el juzgado mercantil nº1 de Oviedo. Cinco meses después, en marzo del 2014, Miguel García-Gesto Fraga aparece nombrado como administrador único de la empresa ya reflotada tras el concurso. Y cinco meses más tarde, la empresa recibe una ampliación de capital de 160.000 euros.

Ahora, la empresa de ingeniería Inca es la promotora del proyecto que por fin está en marcha. El lucense Miguel García-Gesto es el administrador único y la firma sigue teniendo su sede central en Oviedo y también otras sucursales en Madrid, Perú y Bulgaria.

Ahora quizá, y por fin, la obra de construcción de la represa podría ser la última polémica.

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