El ejemplar tiene más de 250 años y un gran valor histórico
16 oct 2015 . Actualizado a las 11:24 h.Los trabajos de modernización, organización y clasificación que están llevando a cabo los archiveros de la Xunta en los juzgados de Lugo permitieron descubrir un libro del Catastro de la Ensenada, la frustrada reforma fiscal que intentó llevar a cabo el rey Fernando VI a mediados del siglo XVIII.
El ejemplar se encontró en el juzgado de Primera Instancia y se corresponde con las respuestas generales al interrogatorio. «É a máis antiga e exhaustiva enquisa dispoñible sobre as poboacións da Coroa de Castela durante o sécul XVIII», según explicaron los archiveros de la Xunta.
La encuesta está compuesta por un formulario oficial de 40 preguntas a las que tenían que contestar los vecinos de la parroquia de San Lourenzo de Vilamaior y que ofrece información de aspectos como el censo de población, los impuestos que declaraban a la hacienda real, la extensión y los límites de las tierras que poseían o la existencia de montes comunales y propios del concello.
El Catastro de la Ensenada tiene un considerable valor histórico, tanto por el propio volumen como por el detalle de la información que contiene, que lo convierte en una de las fuentes más consultadas por los investigadores. La publicación, a pesar de su antigüedad, todavía mantiene un importante valor legal y jurídico y se continúa utilizando en procesos judiciales para establecer lindes entre parroquias o montes vecinales.
En el siglo XVI la recaudación tributaria se encontraba en manos privadas, un sistema injusto ya que gravaba a los sectores menos favorecidos de la sociedad y más productivos. Estaban exentos la nobleza y el clero y resultaba muy complicado recaudar por la gran cantidad de impuestos indirectos.
Sistema ineficaz
La situación provocó que a mediados del siglo XVIII el sistema fiscal que utilizaba la Corona de Castilla fuera ineficaz. La única solución pasaba por la puesta en marcha de una reforma fiscal por parte de la hacienda real que permitiese aumentar los ingresos sin aumentar la presión fiscal.
La reforma, ambiciosa pero frustrada finalmente, fue emprendida por el rey Fernando VI y se denominó: Real y Única Contribución. El secretario de Estado, Hacienda, Guerra, Marina e Indias, Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada fue el encargado de impulsarla y por ello acabó dándole nombre: Catastro de la Ensenada.
La iniciativa fracasó por completo, pero se convirtió en una de las fuentes más importantes para el estudio de la Corona de Castilla en el antiguo régimen. El Marqués de la Ensenada pretendía reducir la diversidad de impuestos indirectos y convertirlos en un tributo único que fuese directo y proporcional a la riqueza de todas las personas.
El hallazgo de este volumen confirma el acierto de hacer un inventario de los fondos documentales de los juzgados.