La falta de inversión y atención provocan la agonía de la muralla

lugo / la voz

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Los 90.000 euros para reforzar un cubo son insuficientes para evitar derrumbes

27 jul 2015 . Actualizado a las 13:55 h.

Los noventa mil euros concedidos para mejorar la seguridad de uno de los cubos de la Muralla de Lugo son una insignificancia para garantizar que el monumento, que es Patrimonio de la Humanidad, evite el actual estado de agonía. La construcción presenta un grave deterioro en algunos de sus cubos y no son descartables derrumbes como los que ya sucedieron de forma bastante repetida en las últimas décadas. A mayores está la desatención constante de que es objeto de maltrato casi constante. De hecho, son frecuentes las agresiones que sufre sin que haya intentos serios por ponerles freno.

Hay diferencias de criterio entre algunos técnicos consultados sobre las gritas que aparecen en al menos diez cubos del monumento. Algunos indicaron que no suponían un grave riesgo, pero otros expresaron que no era descartable que en invierno pudieran producirse daños cuya reparación supondría una fuerte inversión. Consideran que las intervenciones deben ser mucho más rápidas y decididas. Pero no circulan buenos vientos para que el gran símbolo de Lugo consiga fondos públicos que mejoren no solo su estética sino, lo más importante, su precaria salud.

Cuarenta y pico años después de la espectacular intervención realizada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, consistente en la retirada de las casas que estaban adosadas a la construcción defensiva, aún quedan restos de controversia entre algunos especialistas que entienden que esa actuación fue una arma de doble filo. Potenció estéticamente el monumento, pero lo dejó muy desprotegido frente a diversas acciones externas.

La muralla no tiene buena salud por varios factores. El principal es la lluvia y la humedad. Las aguas se filtran al interior, al relleno de los cubos. No hace falta fijarse mucho para ver, en algunos de ellos las grandes grietas que parecen imparables por mucho tipo de relleno que haya en el interior.

Quedan también por citar las vibraciones constantes provocadas por elevado tránsito que a diario registra la ronda. Incluso algunos especialistas hacen referencia a la contaminación.

Las inversiones

Mantener vivo el monumento supondrá inversiones. Si los 90.000 euros destinados a un cubo se multiplican por diez, que son los que tienen problemas, habría que pensar en casi un millón. Hace ya muchos años que no hay inversiones para la conservación integral. Se limitan a partidas para la limpieza de las hierbas (que siguen incluso en las zonas más visitadas) y también iluminación. Está también proyectado un ascensor en la zona de la plaza do Ferrol, pero el monumento necesita una consolidación plena a decir de algunos expertos.