Los interesados en comprar el Gran Hotel siguen creciendo

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

Entre los posibles compradores figuran fondos de inversión de capital extranjero y cadenas de hostelería de ámbito nacional

06 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El administrador concursal del Gran Hotel, Manuel Morera, está empezando a poner orden en el laberinto del establecimiento lucense y de los otros que pertenecieron en su día a la misma cadena de la familia Martínez Núñez. Lo está haciendo con la mirada puesta en vender las tres unidades productivas en la denominada fase común del concurso de acreedores, lo que garantizaría que se mantuvieran abiertos. Interesados en hacerse con los hoteles de forma individual o en conjunto no le faltan. Desde fondos de inversión extranjeros, a cadenas de hoteles que pretenden instalarse en Galicia. Todas ellas tendrán que ser estudiadas de forma pormenorizada antes de tomar una decisión.

el personal

Todos están ya en Proalsa. En este ánimo de empezar a poner orden en el descontrol en el que estaban sumidas las empresas hosteleras, se allanó en la demanda presentada por los nueve trabajadores de Seralsa y otra trabajadora de Gestora de Turismo de Salud, para pasar a formar parte de Proalsa. El personal de Lugo pertenece ahora a una única patronal, Promotora de Alojamientos Lucenses, que es la sociedad que está en concurso de acreedores. Todos ellos han empezado a cobrar sus salarios, con lo que los ánimos han mejorado y el panorama ya no les parece tan negro. Todos ellos cobraron dos mensualidades. Les quedan los salarios de atrás, a la espera de que se resuelva el concurso.

Los ex empleados

También a la expectativa. Fueron ellos, junto con un trabajador en activo, los que instaron el concurso de acreedores. Según el secretario comarcal de la CIG, Antonio Niño, de no haber dado este paso el hotel estaría ya probablemente cerrado porque el banco estaba a punto de ejecutar el embargo sobre la hipoteca suscrita en su día, y que quedó paralizado. «Cando nos metemos -dijo- foi a última saída que vimos que quedaba porque do contrario camiñabamos cara o desahucio». Niño es optimista. «Queda moito percorrido -dijo- pero as expectativas son boas: os traballadores están cobrando, hai un control sobre os cartos que se están xerando e temos expectativas de que haxa unha solución que manteña os postos de traballo». La plantilla está formada actualmente por 27 personas, pero en los buenos tiempos llegó a superar los 70. Los ex trabajadores están a la espera de poder cobrar los salarios que les adeudan.

Las ofertas

Muchos interesados. Fuentes consultadas reconocieron que el administrador concursal está manteniendo numerosos contactos con cadenas de hoteles -alguna de las nacionales ya visitó el establecimiento lucense para conocer su estado- y de grupos de inversión, que, según algunas fuentes, ya están poniendo ofertas económicas sobre la mesa. La mayor parte de las propuestas son para los tres hoteles en conjunto, con la idea de recuperar la antigua cadena de la familia Martínez Núñez en Galicia. Los tres establecimientos están bien situados y tienen muchas posibilidades. El de Santiago, situado en la avenida Maestro Mateo de la capital gallega, es el más moderno de los tres porque fue el último que se puso en marcha. El lucense se inauguró en el año 1979. En los últimos años no fue sometido a reformas ni a cambios en el mobiliario. Algunos clientes se quejan de que conserva pantallas de televisión que hace muchos años que ya no se encuentran en el mercado. Es uno de los ejemplos de la falta de mantenimiento. El responsable de la CIG en Lugo, sindicato que está personado en el concurso de acreedores de Proalsa, pide que se estudien con detalle todas las propuestas, antes de tomar una decisión y que se valore, además de la cuantía económica, el mantenimiento del empleo y la solvencia del posible comprador para evitar sorpresas posteriores.

INYECCIÓN DE DINERO

Cuenta embargada. Uno de los balones de oxígeno que recibió el Gran Hotel en las últimas semanas fueron los 180.000 euros que la familia Martínez tenía en una cuenta de Cajamar. Hubo recursos contra la decisión del juzgado social de embargar ese dinero y finalmente Caixa Rural pagó, en lugar de recurrir un procedimiento de tercería de dominio, que dio la razón a los trabajadores de que la cuenta de referencia era embargable. Ese dinero sirvió para afrontar los gastos preferentes para mantener el establecimiento funcionando. Actualmente proveedores y mayoristas también están ingresando, después de un compás de espera de acontecimientos, en la fase previa a la presentación del concurso de acreedores.

un laberinto

Desenmarañar el entramado societario. El administrador concursal no tiene fácil poner orden en la situación económica de los hoteles. Para poder manejar toda la información solicitó la unificación de los tres concursos de acreedores. Del Gran Hotel de Santiago ya era en ese momento administrador concursal, nombrado por un juzgado mercantil de A Coruña. A las deudas acumuladas por el hotel de Lugo, con préstamos millonarios al de Santiago, se suman 60 anotaciones de embargo, instadas por el Concello de Lugo, que pretendía cortar el agua, la Seguridad Social y el Banco Popular, con dos ejecuciones diferentes, con certificación de carga expedida por importe de 6,2 millones de euros, entre otras. El hotel compostelano también estaba hipotecado y en ejecución. El de Ourense, según reconoció la familia Martínez Núñez en una vista previa celebrada en Lugo, debía un millón de euros al personal, sin contar con las cantidades que adeudaba a otros acreedores. Este último establecimiento parece ser que era el único que no habían hipotecado y que pertenece a Proalsa en más del 90%.

el proceso

Resistencia numantina. La familia Martínez Núñez se resistió hasta el último momento a presentar el concurso de acreedores. Intentó diferentes maniobras para evitarlo, ya desde el año 2013. Primero lo hizo pagando una deuda con un proveedor. No lo consiguió porque esto le dio pie para que los ex trabajadores tomaran la decisión de instar el concurso necesario. Cuando lo hicieron los trabajadores de Santiago ya habían dado el paso y no pudieron evitar la cascada, porque detrás tomarían idéntica decisión los de Ourense. El fin de esa resistencia posiblemente fuera tratar de evitar una declaración de concurso culpable, con las responsabilidades personales de la administradora.