Pleito judicial entre una orquesta y el dueño del palco

Xosé CArreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El grupo pide que el arrendador del escenario vaya a prisión

25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El dueño de un escenario móvil acabó en el banquillo de acusados de la Audiencia Provincial de Lugo con una petición de tres años de prisión como consecuencia de una denuncia interpuesta por los responsables de la orquesta Breixa Band, de Castro Ribeiras do Lea. El enfrentamiento entre ambas partes es patente porque el acusado también interpuso otras demandas y además reclama que le paguen el alquiler del escenario móvil que, aseguró, le deben desde hace cuatro años, aproximadamente.

La fiscala del caso explicó que el 1 de diciembre de 2111, el acusado J. R. A., vecino de Ribadeo, suscribió un contrato de arrendamiento con opción de compra con la entidad mercantil Breixa Band. Según el documento, cedía el uso del escenario móvil, montado en el remolque de un camión, la cabeza tractora del vehículo pesado, el equipo de iluminación y sonido.

A la vez pactaron que el imputado desempeñaría labores de iluminación y sonido y quedaba de depositario de una manguera, un aparato denominado petaca y un programa de luces. La manguera, aclaraba el ministerio público en su escrito de acusación, permite accionar el sistema hidráulico que posibilita la apertura del escenario.

La fiscal, que considera que el acusado se apoderó de la manguera, el programa de luces y la petaca, calificó los hechos como un delito de apropiación indebida. Solicitó inicialmente la pena de 18 meses de prisión para el acusado y el abono de 2.990 euros a los dueños de la orquesta, que es el valor de los objetos citados. Tras la celebración del juicio de ayer, la acusadora estableció una calificación alternativa de hurto. El abogado de la orquesta le pide tres años de prisión.

El acusado confirmó que había alquilado el escenario móvil pero advirtió que no incluía ni la manguera, ni la caja de sonido ni tampoco el equipo de iluminación. En su declaración explicó que el escenario móvil en el camión lo tenía en una nave de O Ceao y dejó en él el resto de lo útiles que luego prestó porque la orquesta quería preparar un show para las actuaciones. En algún momento lo avisaron de que la denominada petaca se había estropeado y para no truncar los planes del grupo habló con un amigo de Avilés para tratar de solucionar el problema.

«Yo buenamente presté el ordenador, la petaca, el bafle, el controlador, una mesa de sonido y una manguera. Todo fuera de contrato. No hay documentos, pero todo ese material era mío», apuntó el acusado que recordó a la sala que era él quien se ocupaba de abrir y cerrar el escenario en las actuaciones.

La fiscal recordó al acusado que Breixa Band le había enviado dos burofaxes requiriendo el material y que había tardado en contestar. J. R. A. reiteró que el equipo de iluminación era suyo.

En su declaración contó que el último día que estuvo con la orquesta, «había síntomas de que estaba en descomposición absoluta; muchos músicos no habían acudido». «Menos una orquesta -recordó- parecía de todo».

También hizo constar que la situación había desembocado en que no le pagaban el alquiler del escenario y otras cuestiones. Incluso presentó una demanda en un juzgado de lo social que acabó condenando a los dueños de la orquesta por aquel entonces a pagar 5.600 euros, según explicó el acusado.

A lo largo de su declaración también explicó que el camión incluía un chófer, un montador y un jefe de montaje que era él. También se ocupaba de controlar las cuestiones eléctricas.

El imputado aseguró que el material que le reclaman es de su propiedad