Entran en la Catedral 4 policías con un escudo antes de una misa

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Buscaban a una persona que amenazó a unos fieles con una botella rota

04 nov 2014 . Actualizado a las 08:08 h.

Cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía entraron en la Catedral de Lugo, uno de ellos portando un escudo, antes de una de las misas vespertinas del Día de Todos los Santos. El hecho causó gran sorpresa entre los fieles y también algún sacerdote que desconocían lo que estaba ocurriendo. El despliegue fue como consecuencia de una llamada que advertía de la existencia de una persona que amenazaba a otras con una botella, informaron fuentes oficiales.

La entrada de los agentes se produjo sobre las siete menos cuarto de la tarde del pasado sábado. Eran tres hombres y una mujer, todos ellos uniformados. Efectuaron el acceso por la puerta norte del templo y ya en el interior se separaron. Dos fueron hacia la capilla de Nosa Señora dos Ollos Grandes y los otros hacia donde está San Froilán.

«Fun rezar polos defuntos e atopeime cos axentes. Leveime unha sorpresa porque pensaba que a policía non podía entrar nun lugar de culto sagrado», explicó uno de los testigos del hecho. Explicó que los policíaa dieron una vuelta por las naves de la catedral y volvieron a salir por el mismo sitio que entraron.

Fuentes policiales explicaron ayer que los agentes fueron al templo lucense como consecuencia de una llamada efectuada desde la Policía Local que les informaba de que una persona estaba molestando a algunos fieles y lo hacía con el casco de una botella de cristal que previamente había roto. Para evitar riesgos fueron enviadas al lugar dos patrullas. Uno de los agentes fue provisto de un casco a efectos de protección y teniendo en cuenta que la persona a la que buscaban podía atacar utilizando cristales, destacaron las fuentes policiales.

Uno de los sacerdotes que estaba preparándose en el altar para decir misa explicó ayer que vio a los policías transitando por el templo y aunque le sorprendió no preguntó a posteriori por lo que podía ocurrir. Recordó que en ocasiones tienen avisado a la policía desde la sacristía como consecuencia de algún problema ocasionado por personas que accedieron al templo bajo los efectos de bebidas alcohólicas.

La fuente policial consultada ayer explicó que la policía puede acudir, cuando es requerida al interior de cualquier catedral o iglesia para evitar cualquier problema. Otra cosa distinta, advirtió, sería llevar a cabo un registro que tendría que ser autorizado por orden judicial. En caso de tener que realizar otro trámite precisaría autorización del deán o responsable del templo en cuestión.

Que algún delincuente se refugie en el interior de una iglesia, no le concede privilegio alguna a la hora de evitar su detención. Tampoco le servirá cualquier ayuda o clemencia por parte del cura o religioso. «Los sacerdotes no pueden proteger a personas que hubiese cometido delitos. De hacerlo, estarían incurriendo en un encubrimiento, conducta que es objeto de pena en el Código Penal vigente», informó un agente.

El sacerdote sí se puede acogerse, al igual que un abogado, al secreto de confesión o declaración. «De todos modos, es complicado para cualquier persona ser conocedora de un delito, aunque entienda que no es de importancia y no ponerlo en conocimiento de las fuerzas del orden», advirtió un agente.

Los fieles que rezaban se quedaron sorprendidos por la situación