Las castañas llenaron Seoane

C. cortés / r / fernández LA VOZ / MONFORTE

LUGO CIUDAD

Miles de personas acudieron a la fiesta gastronómica de O Courel

10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Miles de personas acudieron ayer a Seoane al reclamo de Festa da Castaña do Courel. La mayor aglomeración de visitantes se produjo a última hora de la mañana, coincidiendo con la lectura de los pregones -este año hubo dos- y el inicio de las comidas en el campo de la feria del pueblo. Foráneos y vecinos consumieron más de media tonelada de castañas, más del doble que las que habían comprado los organizadores.

La fiesta empezó un poco más tarde de lo previsto. En vista de lo fría que estaba la mañana, los organizadores decidieron posponer hasta cerca de la una el encendido de las hogueras en las que se asaron las castañas. En la asociación de hosteleros y comerciantes de O Courel, que compartió responsabilidades de organización con el Ayuntamiento, calculaban que necesitarían unos doscientos kilos, así que eso fue lo compraron en un primer momento. Pero la afluencia de público los desbordó.

El asado de castañas continuó durante siete horas. A las ocho, hora y media después de que se hiciese de noche, decidieron parar. Habían repartido alrededor de quinientos kilos de castañas y trescientos litros de vino.

La edición número veintiséis de la Festa da Castaña do Courel resultó ser una de las más concurridas, y eso que el frío no aflojó en todo el día y además llovió, en ocasiones de manera intensa.

Tampoco arredró a los visitantes la polémica desatada en vísperas de la fiesta por la oposición de la asociación de hosteleros a la elección de Antonio Rigueiro como pregonero. La asociación de hosteleros echa de menos más actividad en la estación científica desde que este experto forestal y profesor de la Politécnica de Lugo se hizo cargo de ella.

En todo caso, nada de eso se notó durante la fiesta, ni siquiera en el pregón, compartido por Rigueiro y la periodista Manola Porto. Rigueiro ofreció el respaldo de la universidad a la declaración de O Courel como parque natural y Porto animó a los vecinos y a las instituciones a defender los valores culturales, patrimoniales y ambientales de la sierra como lo hacen otros territorios, en algunos casos, con menos méritos.